La oposición más dura no reconoce la elección. Guaidó impulsa un referendo para boicotear el proceso electoral.

Las elecciones en Venezuela pondrán en juego una nueva mayoría en la Asamblea Nacional. Se trata de la renovación de un poder liderado por la oposición desde 2015 y declarado en desacato por el gobierno de Nicolás Maduro. La Asamblea es el órgano legislativo que estuvo en el centro del conflicto político cuando su titular, Juan Guaidó, se autoproclamó “presidente encargado” del país caribeño.
El gobierno de Maduro consideró esa acción como un intento destituyente. EE.UU., la Unión Europea (UE) y un puñado de gobiernos latinoamericanos de derecha reconocen aún a Guaidó con ese cargo. Aunque dentro de Venezuela su liderazgo se ha ido debilitando.
Este domingo, el Chavismo buscará refrendar su apoyo social. En caso de un triunfo opositor, Maduro adelantó que dejará de ser el presidente de Venezuela. El oficialismo contará con cierta ventaja. La oposición se presentará dividida y con la ausencia de sus figuras más populares. 
El sector duro liderado por Guaidó no participará de la contienda. El diputado, cuyo mandato en la Asamblea vence en enero de 2021, llamó a boicotear las elecciones. Guaidó, además, impulsa una consulta entre el cinco y 12 de diciembre, en la que solicita a la comunidad el desconocimiento de las legislativas y el llamado a elecciones presidenciales.

La oposición, fragmentada, lleva a las elecciones a un grupo de pequeñas fuerzas que integran la llamada “Mesa de diálogo” con el Gobierno.

También el ex candidato a presidente Henrique Capriles, quien en principio había decidido participar de las legislativas, se bajó de la carrera, aunque tomando distancia de la estrategia de Guaidó. Capriles asegura que no están garantizadas las condiciones de transparencia para llevar adelante los comicios y que, por lo tanto, desconocerá los resultados. En esta misma línea se manifestaron la UE y la OEA, que finalmente decidieron no enviar observadores para monitorear la jornada electoral. 

Las elecciones se realizarán en un escenario de profunda crisis económica. Para el Chavismo la principal causa de la debacle es el bloqueo impuesto por EE.UU.

La oposición, fragmentada, lleva a las elecciones a un grupo de pequeñas fuerzas que integran la llamada “Mesa de diálogo” con el Gobierno. Entre ellas, Primero Venezuela, liderada por el diputado Luis Parra, quien se presenta como la alternativa a la polarización del país. Parra asumió en enero pasado una presidencia paralela a la de Guaidó en la AN.   
Las elecciones se realizarán en un escenario de profunda crisis económica. Para el Chavismo la principal causa de la debacle es el bloqueo impuesto por EE.UU. Las sanciones de Washington se concentran en el petróleo, la principal fuente de ingreso de divisas al país.
Ahora la expectativa está puesta en Joe Biden, el presidente electo de EEUU, y en el rumbo que su política exterior le dará a la relación con Caracas. Ambos países rompieron sus vínculos diplomáticos en 2019.
La del domingo será una jornada bisagra, que sin resolver los problemas de fondo de Venezuela pondrá en escena las nuevas disputas políticas que se avecinan y que, sin duda, tendrán un fuerte impacto en la región. 

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