Este martes, miles de israelíes salieron a las calles pidiendo la renuncia del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.“Bibi a casa”, gritó un grupo de manifestantes frente a la residencia del Premier.
“El 61% de los israelíes no está satisfecho con el manejo del Covid-19.”
Los israelíes no marcharon sólo por las denuncias de corrupción contra Netanyahu, también se mostraron enojados por la gestión de la pandemia. De acuerdo a una encuesta del Canal 13 de Tel Aviv publicada el último fin de semana, el 61% de los israelíes no está satisfecho con el manejo del Covid-19. Y otro 45% considera que Naftalí Bennett, ex ministro de Defensa, era la persona adecuada para lidiar la crisis, pero Netanyahu le negó su cargo en la cartera de Salud y hoy el ex funcionario, fuera del gobierno, se fortalece como líder de la oposición.
“Más del 20% de la población está desempleada, y ésta es una cifra sin precedentes para el país.”
El liderazgo Netanyahu, pese a tener apoyo parlamentario, se diluye en las calles, y los números de la economía tampoco lo acompañan. Más del 20% de la población está desempleada, y ésta es una cifra sin precedentes para el país. La crisis social se acentúa aún más con el Coronavirus como sucede en todos los países del mundo, lo que obligó al Gobierno a anunciar un paquete de incentivos económicos para trabajadores afectados por el freno de la actividad.
Netanyahu deberá acudir a la segunda audiencia del juicio en su contra: afronta acusaciones de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos de corrupción.
Netanyahu tampoco cuenta con el apoyo suficiente dentro de su Gobierno de coalición con el ministro de Defensa Benny Gantz (partido Azul y Blanco), con quien alterna el cargo, para continuar con el plan de anexión de Cisjordania. No tiene el respaldo interno ni logra el visto bueno de Donald Trump, quien está más concentrado en su campaña electoral, a la espera también de poder anunciar el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19. La gran noticia de la vacuna le serviría a Trump para sumar puntos a una gestión contra el virus que deja a su gobierno entre los peores en el mundo. Encima, este domingo, Netanyahu deberá acudir a la segunda audiencia del juicio en su contra: afronta acusaciones de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos de corrupción.
Los analistas políticos de Israel consideran que Netanyahu no tiene muchas posibilidades de seguir gobernando sin haber concretado dos objetivos clave en este momento: una buena gestión de la pandemia y la anexión de Cisjordania. Lo que podría ayudar a concretar el segundo punto sería un triunfo de Trump, pero en este momento es tan incierto ese resultado electoral que no es posible vaticinar un escenario en medio de la actual corona – crisis.
