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“España nunca rompió con su pasado”

La crisis por el Coronavirus constituye otro momento de inflexión para la política española. En plena pandemia, el gobierno de Pedro Sánchez aliado con Podemos, y con minoría parlamentaria, entabla una difícil disputa política.
El partido ultraderechista Vox, liderado por Santiago Abascal, sedujo a gran parte del electorado del Partido Popular (PP) y en todo el país alcanza un 15% de aceptación. El movimiento, surgido con un fuerte discurso anti migración, logró meterse en el Parlamento y se consolidó como la tercera fuerza nacional. Hoy, el PP necesita aliarse a Vox para poder gobernar en Andalucía y Madrid. 

“Vox está teniendo una discurso golpista, aprovecha la situación generada por la pandemia para desestabilizar al Gobierno” .

Santiago Abascal, líder de Vox.

La ultraderecha avanza al ritmo de la pandemia. Una manifestación contra la cuarentena fue convocada hace pocas semanas por Vox. Un momento de suma tensión se vivió también hace pocos días en el Parlamento. El vicepresidente segundo del gobierno español, Pablo Iglesias (Podemos), acusó a Vox de querer un golpe de estado, pero dijo que no se atreven a hacerlo. “Vox está teniendo una discurso golpista, aprovecha la situación generada por la pandemia para desestabilizar al Gobierno”, reflexiona el periodista Héctor Barbotta*, desde el país ibérico.
También en 2008, la crisis económica internacional significó para España un desafío político. El estallido financiero cambió el sistema de partidos. Al final del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (Partido Socialista Obrero Español – PSOE), surgió el movimiento de los indignados: jóvenes que no creían en el sistema político comenzaron a exigir nuevos liderazgos. “España era un país que tenía un sistema bipartidista imperfecto. Con la derecha del PP, una izquierda del PSOE, un espacio más a la izquierda que era la Izquierda Unida, y luego los partidos nacionalistas catalanes y vascos. Este panorama explota después de la crisis, cuando surgen los indignados y el reclamo se traslada al sistema político con la aparición de Podemos”. Feministas, ecologistas y animalistas comenzaron a organizarse, y este avance de la política en la calle inquietó a la derecha representada por el tradicional PP, que fue electo finalmente en 2011 y gobernó durante dos mandatos de Mariano Rajoy, hasta 2018. “La aparición de Podemos asustó a muchos sectores que entendieron que el PP no era suficiente freno a Podemos, y consiguieron articularse en Vox, años más tarde. Lograron juntar a los sectores reaccionarios que se veían amenazados, por ejemplo, por las conquistas feministas. También influyó el factor territorial; gran parte del crecimiento de Vox surgió en contraposición al movimiento independentista catalán, que también en gran medida fue producto de la crisis económica”.

“El discurso de Vox roza lo antidemocrático”.

Durante la pandemia, los discursos reaccionarios de Vox comenzaron a reavivar a sus seguidores, quienes salieron a las calles pidiendo el cese del “estado de alarma” -cuarentena- aprobado por el parlamento. Vox nunca acompañó las iniciativas del gobierno Sánchez, sólo el PP votó a favor del “estado de alarma” en el inicio de la crisis sanitaria. “El discurso de Vox roza lo antidemocrático. Hay una evidente labor de corrosión destituyente que parte desde el comienzo de esta Legislatura. Vox considera ilegítimo al Gobierno español, dice que la alianza entre Podemos y PSOE no fue anunciada antes de las elecciones, por lo tanto, es ilegítima”.

“La derecha española se hereda de Franco, y el PP es fundado por ministros de Franco”.

Para Barbotta, la explicación de por qué en España avanza la ultraderecha, hay que buscarla en su trayectoria democrática. Un proceso que no pudo romper con la herencia franquista y que hasta el día de hoy interviene en la vida de los españoles. “Lo que me parece clave de la política española, y del terreno que está ganando el discurso de Vox, es que lo que está habiendo es una legitimación del discurso de extrema derecha, que es heredero de la forma que se hizo aquí la transición. No se hizo a partir de una ruptura con el régimen del -dictador Francisco- Franco, sino que se hizo a partir de acuerdos; no hubo ruptura con ninguna de las herencias económicas en el reparto del poder económico y los poderes del Estado, hubo un cambio de régimen con los mismos personajes. España nunca rompió con su pasado. Cambió poco a poco. Y esto lleva a que el discurso de la extrema derecha – ten en cuenta que el Rey anterior fue nombrado por Franco y ahí se quedó -, no está deslegitimado institucionalmente”.

“Gran parte del electorado del PP no reniega del Franquismo: son más anticomunistas que antifascistas”.

La ultraderecha de España se podría comparar con otras que fueron surgiendo en los últimos años a raíz de la ola migratoria en Europa. Pero en la historia de cada país surgen diferencias notorias, lo que convierte a España en un caso muy particular del bloque europeo. “La gran diferencia entre la derecha española y la derecha en Europa está en su propia historia. La derecha británica es la del ex primer ministro de Reino Unido (Winston) Churchill que se enfrentó al nazismo, la de Francia es heredera de Charles De Gaulle que también se enfrentó al nazismo, y la alemana no tiene ningún lazo con el fascismo, es una derecha demócrata – cristiana; la propia derecha italiana es antifascista. Sin embargo, la derecha española se hereda de Franco, y el PP es fundado por ministros de Franco, y yo creo que ésa es una gran diferencia en cuanto a las convicciones democráticas que tiene la derecha en España y las que puede tener en otros países de Europa. Gran parte del electorado del PP no reniega del Franquismo: son más anticomunistas que antifascistas”.
Las crisis movilizan, y son aprovechadas para generar cambios o legitimar la continuidad de la “normalidad”. España no parecería quedarse en el molde. La fragilidad parlamentaria del Gobierno socialista, y el avance del discurso extremista – acentuado por el contexto de crisis -, proyecta uno de los horizontes políticos más complejos para la historia de la democracia española.

*Hector Barbotta es periodista, licenciado de la universidad de Málaga, trabaja en el Diario Sur de Andalucía desde hace 28 años.