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Una nueva “marca” asoma en Chile

Para el politólogo chileno Octavio Avendaño, las manifestaciones que transcurren en Chile experimentan una dinámica similar a la de la dictadura de Pinochet. “Se aprovechan algunas instancias o espacios para que la ciudadanía manifieste su descontento por las políticas del gobierno. Se mantiene la protesta contra el sistema previsional, se cuestiona el alza del costo de la vida o la política laboral. Aparece un fenómeno que es aprovechar los principales eventos de mayor concurrencia o de carácter masivo para que las personas se manifiesten. Las personas por ejemplo, se comienzan a manifestar en los partidos de fútbol o en festivales. Repitiendo un repertorio que se había producido durante los años de la dictadura donde muchas veces por razones de restricción de la libertad de expresión las personas tendían a manifestarse en este tipo de eventos masivos.”

El “veranito” chileno también vivió jornadas movidas no sólo en la capital Santiago. “El fenómeno de la protesta social se mantuvo durante el período estival quizás con menor intensidad en relación a octubre y noviembre pero se logró mantener a nivel del todo el país, en ciudades como Valparaíso, Antofagasta”.

La composición social de las protestas también se ha nutrido desde el 18 de octubre. Han aparecido diversos actores : mujeres, estudiantes e hinchadas de fútbol. “La protesta estuvo acompañada de una amplia convocatoria que sigue siendo de carácter transversal y hay actores que asumen cierto protagonismo. En algún momento, son los sectores medios que se manifiestan de manera autónoma, los estudiantes secundarios y universitarios, las barras bravas y otros grupos organizados y el movimiento feminista. Hablamos de una diversidad de actores y también de modificación de una suerte de liderazgo”. 

“La primera línea ¿Héroes o vándalos? “, titula la prensa internacional. ”La primera línea se constituyó para proteger a los manifestantes. Son quienes se enfrentan directamente con los carabineros para evitar que disuelvan las manifestaciones. Es un segmento bastante organizado y está integrado mayoritariamente por estudiantes universitarios o personas que ya cuentan con alguna profesión. De acuerdo a un informe de la Universidad de Chile, más de un 30% de los integrantes de la primera línea contaban con estudios universitarios, posgrados, hablamos de un segmento bastante calificado desde el punto de vista de la formación universitaria. En esta primera línea participan obreros, trabajadores calificados o trabajadores que realizan oficios de construcción. Hay una composición amplia que tiende a concentrarse en universitarios, profesionales jóvenes, el promedio de edad está en torno a 35 años. La primera línea también tiene presencia femenina”. 

El próximo 26 de abril comienza un largo camino para Chile. La ciudadania tendrá en sus manos la posibilidad de cambiar o no la Constitución que rige desde la dictadura. Se realizará un referendo que decidirá sobre este proyecto que fue acordado entre dirigentes políticos de la oposición y el oficialismo. Recién en octubre, se conformarán los constituyentes encargados de redactar la nueva Carta Magna. “No hablamos de reforma constitucional sino de cambio constitucional, porque ya hubo una reforma constitucional en enero que fue aprobada para convocar al plebiscito. Esta reforma fue el resultado del acuerdo que se produjo entre gobierno y oposición y el resultado del trabajo que realizó la comisión de expertos que derivó de los principales partidos que firmaron el acuerdo. Con el plebiscito, se busca convocar a la ciudadanía para que se pronuncie sobre el cambio de la Constitución para luego elegir durante el mes de octubre a los constituyentes. Estos constituyentes se van a encargar en un plazo de aproximadamente un año, de elaborar una nueva carta fundamental, lo más probable es que esto derive o signifique modificar una serie de aspectos que están contenidos en la actual Constitución.” 

¿Pero, con este cambio constitucional se arreglan todos los problemas de Chile?

“Va a ser un avance bastante significativo pero lo más probable es que no permita descomprimir todo este conflicto que hemos estado experimentado desde octubre porque esa situación de conflicto tiene raíces mucho más profundas que no sólo son de carácter político institucional, sino también son de carácter económico social. Desde luego, existe la posibilidad de avanzar desde el punto de vista económico social a través de un cambio constitucional si es que se modifica el carácter subsidiario que hoy día posee el Estado. También existe la posibilidad de cambiar esta normativa que le otorga supremacía al derecho de propiedad y otros aspectos relacionados con la privatización de recursos naturales pero no va a descomprimir del todo el conflicto ya que también hace falta un agenda económico – social”. 

¿Cuáles serán los cambios más significativos para la vida de los chilenos con la nueva Constitución ?

Uno de los cambios más importantes iría por el lado de la promoción de ciertos derechos que hoy día están ausentes, derechos sociales principalmente o consagrar ciertos derechos que están establecidos de manera formal como el derecho a la salud, a la educación y al trabajo. También los cambios que tienen que ver con la función que adopta el Estado. Un Estado que le otorga mayor protagonismo al sector privado y privatiza servicios básicos. Si se revierte esto, estaríamos frente a un cambio bastante importante y que influiría en la vida cotidiana de las personas. La Constitución vigente consagra la posibilidad de privatizar por ejemplo el agua. Otro punto, sería lo que traería consigo la modificación del sentido del derecho de propiedad al evitar la privatización de ciertos servicios. 

En un reciente artículo el NYT (New York Times) sentenció: “La marca Chile está rota” ¿Cayó el mito del fenómeno Chile? Días antes del estallido, el presidente Sebastián Piñera dijo en un programa de televisión que Chile era un Oasis dentro de una América Latina convulsionada.

“Este fue uno de los mitos más difundidos, la idea de un país estable, un país con un diseño institucional más o menos robusto, tomando en cuenta lo que había sido la experiencia de la transición y la ausencia de conflictos que pusieran en jaque tanto el modelo de desarrollo o que generaran situaciones de desestabilización al conjunto del sistema. Hoy la marca Chile se ve completamente sobrepasada”. 

A partir del 18 de octubre, Chile comenzó a gestar un nuevo proceso social y político. La ciudadanía puso contra las cuerdas no sólo a un gobierno sino a un sistema que con la nueva Constitución corregirá algunos aspectos. Una nueva “marca” Chile está siendo creada en la calle, en el epicentro de la protesta social. 

OCTAVIO AVENDAÑO, DOCTOR EN CIENCIA POLÍTICA Y SOCIÓLOGO, ACADÉMICO DEL DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE.