Cultura

Vivir en comunidad

En un mundo super conectado estamos cada vez más alejados del otro. Ernesto Neto (Río de Janeiro, 1964), propone vivir en comunidad y dialogar con el espacio que nos rodea. “Soplo” se apropia de la sala del Malba y la convierte en una gran instalación de experiencias. 

Se trata de la primera muestra retrospectiva del artista carioca en Argentina. Las obras invocan los sentidos y el cuerpo del visitante y al mismo tiempo invitan a la participación colectiva. No hay obra que funcione desde lo individual, la idea del contacto con el otro está presente en cada recorrido de la muestra.

Flying Gloup Nave, Ernesto Neto.

Para Neto, la escultura es un organismo vivo y transformable como “Flying Gloup Nave”, una gran escultura transitable de poliamida y poliestireno. Los visitantes caminan dentro de estos tubos suspendidos a un metro del suelo.

“Necesitamos volver a esa energía de vida. Estas esculturas buscan mover nuestro cuerpo para que el cuerpo trabaje nuestra mente, para que no sea dominante y controladora. La alegría es la cura, aprendí de los pueblos indígenas. Ellos tienen una sabiduría que necesitamos”, dice Neto. Esta reflexión proviene de un viaje que hizo el artista a la Amazonía. En la comunidad indígena Huni Kuin, conoció a chamanes y se dio cuenta que todos eran artistas. La espiritualidad y la naturaleza conviven no se separan. Neto intenta trasladar estas vivencias a sus obras. 

Velejando entre nós, Ernesto Neto.

Las obras funcionan cuando los visitantes las activan y suponen una negociación del espacio con el otro. Para esta experiencia también fueron pensados los materiales: tierra, arena, hilados al crochet, pólvora, medias de nylon y clavos; elementos simbólicamente muy fuertes.

Circle prototemple…!, Ernesto Neto.

Hay momentos de juego, meditación, experimentación y descanso. Para la mayoría de las experiencias artísticas se nos pide quitar el calzado. Por un instante, reconocemos al otro, compartimos una actividad y nos damos cuenta que la única construcción es la colectiva.

Soplo” se puede visitar en Malba hasta el 16 de febrero.