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Panorama Político: Unidad, coherencia e internas

El Frente de Todos ajusta los detalles, esto es, el gabinete, y delinea las primeras políticas que aplicará de manera urgente, algunas de ellas de emergencia, habida cuenta de, ahora sí, una verdadera “pesada herencia” económica y social. Mientras el tiempo de la gestión Cambiemos se acaba, Mauricio Macri se resiste a delegar el poder, en este caso de ser el líder indiscutido de la oposición. Son momentos de sinceramientos en la región, aunque éstos no sean los más felices, y que tienen sus correlatos en el país: el futuro oficialismo construye unidad y la futura oposición intenta conservarla. Ambos espacios manteniendo la coherencia ideológica.

Los Fernández asumirán el poder en un contexto regional muy adverso. Ahora no podrán decir que tendrán “viento de cola”, sino viento en contra. Por si no alcanzara con el golpe de Estado cívico-militar de Bolivia; con los gobiernos reaccionarios de Brasil, Chile y Colombia; las democracias “atemperadas” de Perú, Ecuador y Paraguay; ahora también Uruguay, tras 14 años de gobiernos progresistas del Frente Amplio, se vuelca a la derecha con el triunfo de Luis Lacalle Pou. Los frentes populares pierden por uno o dos por ciento de sus votos, reconocen el resultado y aceptan la derrota. Los espacios de derecha, pierden por diez puntos, como en Bolivia, y pueden derrocar gobiernos. ¿Qué hubiese sucedido si Alberto Fernández “sólo” hubiera ganado por dos puntos como hizo Macri contra Daniel Scioli? Es contrafáctico, no lo sabemos; sí conocemos ya que para todo Cambiemos, Radicales y Coalición Cívica incluidos, el golpe contra Evo Morales es parte de una “transición ordenada”. Con lo cual no cabría esperar una reacción distinta ante un escenario similar en Argentina. Ese contexto adverso incluye, especial y primeramente, a EE.UU. y al FMI. Y no solamente por el apoyo brindado a los gobiernos derecha actuales en la región ¿Cómo explicar, si no, el brutal financiamiento a la campaña de Macri con 46 mil millones de dólares, a la vez que destruían la economía argentina? No hay crítica alguna a las violaciones a los derechos humanos en Chile. Cambiemos es coherente…

Lo interesante, hasta aquí, es que Alberto Fernández les dice a todos lo mismo: así como le expresó a la titular del FMI, Kristalina Gerogieva, que es necesario crecimiento y no más ajuste, ahora lo sostuvo ante la poderosa Unión Industrial Argentina (UIA): no va a premiar “a los que especulan, sino a ayudar a los que producen. Lo que tenemos que hacer es que la Argentina se ponga de pie y vuelva a producir. Y allí todos tienen que entender que algo van a tener que dar y algo tendrán que resignar, porque, más allá del optimismo de los informes de algunos, las cuentas fiscales quedan en un estado deplorable”. Todos van a tener que dar y resignar algo… El Frente de Todos también mantiene la coherencia.

La unidad

El Frente de Todos ya logró la unidad de un solo bloque de 41 senadores, conducido por el fomoseño José Mayans, en el Senado, que presidirá Cristina. Claudia Ledesma Abadala, la esposa del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, será presidenta provisional; el misionero Maurice Closs será vice primero. Los senadores que representan a los gobernadores, al Kirchnerismo y los recién llegados, todos al Frente. Allí tendrá mayoría y quórum propio garantizados, cuatro más de los necesarios.
Ahora apunta a fortalecer el bloque en diputados, donde seguramente podrá ser primera minoría, y buscará estar un poco más cerca del quórum propio. Hoy por hoy cuenta con 120 diputados/as, entre propios y aliados, necesitaría 129. Algunos más sumarán y, la otra parte de la estrategia de Sergio Massa, presidente de la Cámara, y Máximo Kirchner, jefe del bloque, consiste en la desunión de Cambiemos: ahí la apuesta es a Emilio Monzó y su grupo de unos ocho diputados que podrían independizarse de la conducción del bloque de Cambiemos, de Cristian Ritondo.

“Mauricio Macri no es el dueño de Juntos por el Cambio”, sentenció el radical Emiliano Yacobitti.

En Cambiemos hay resentidos con la línea dura de la conducción unipersonal de Macri. Y ahora que no tendrá “el poder”, los otros aliados le empiezan a pasar facturas por estos cuatro años. “Mauricio Macri no es el dueño de Juntos por el Cambio”, sentenció el radical Emiliano Yacobitti. Y por si fuera necesario, diferenció a Horacio Rodríguez Larreta: “En la Ciudad de Buenos Aires generaste el frente político más amplio de la historia y el resultado fue la mejor elección de la historia”. Justo cuando Macri se había “plantado” frente al Jefe de Gobierno y le espetado en la cara: “Seguiré ahí, donde me toca ahora, tratando de aportar desde una oposición constructiva”. A Larreta se le achicó la sonrisa. ¿Y el consenso, y los equipos, y la unidad?
Y la unidad también se resquebraja en otro de los bastiones de la alianza Cambiemos: el Poder Judicial. Laura Alonso, titular de la ¿Oficina Anticorrupción?, conoció Tribunales, donde tuvo que comparecer por “los conflictos de intereses” del ex ministro de Energía y accionista de Shell, Juan José Aranguren. Ella no cuestionó el fondo, había recomendado la forma: “delegar la firma”.
Poco más de diez días; Cambiemos se va. Esperemos que a una oposición responsable y democrática. El que viene es un gobierno democrático en serio, no “de transición” como el de Bolivia.