Un liderazgo en baja
“Desgraciadamente, el reconocimiento de la comunidad internacional a esa presidencia, como una presidencia encargada de la convocatoria electoral, tocó a su fin, porque no ha prosperado esa convocatoria”. El español Ramón Jáuregui, presidente de la Fundación Euroamérica, una importante institución europea, admitió que el reconocimiento a Guaidó como “presidente encargado” de Venezuela llegó a su fin, y no sólo su reconocimiento como tal sino además su plan para convocar a una elección. No sólo lo piensa Jáuregui también un sector de la oposición venezolana, dirigentes, y parte del pueblo que confió en sus supuestas intenciones democráticas para salvar a Venezuela del “régimen”.
Europa confirmó que existe la posibilidad a una salida negociada y apoya el proceso iniciado con la mediación de Noruega. En Oslo avanzaron las conversaciones entre representantes opositores y del gobierno de Nicolás Maduro. La mesa de diálogo se trasladó ahora a Barbados. Desde el Vaticano también siguen de cerca las conversaciones. Enviados del Papa Francisco participan del proceso mediador. En este concierto de naciones europeas que busca una salida “democrática” con el llamado a elecciones, aparece la singular postura española. Quizás algunos no recuerden la posición del expresidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero cuando ofició de mediador en Venezuela en 2018 y fue uno de los observadores internacionales de las elecciones “anticipadamente” no reconocidas por la dirigencia opositora. En varias intervenciones ante la prensa internacional, el exmandatario y líder del PSOE destacó la transparencia del proceso que llevó a Maduro a la reelección y además insistió en la necesidad de explicar el origen del estallido económico de Venezuela, partiendo de las sanciones impuestas unilateralmente por Washington. Una posición totalmente contraria tomó el socialismo español que hoy está al frente del gobierno. Algunos socialistas españoles aseguran que Pedro Sánchez se apresuró y equivocó su política frente a la situación de Venezuela. Leopoldo López uno de los líderes opositores, liberado ilegalmente de prisión en la intentona golpista del 30 de abril pasado, permanece asilado en la embajada española en Caracas.
Mientras continúan los diálogos, la figura de Guaidó se debilita y EE.UU. pareciera estar concentrado más en los asuntos de campaña electoral local que en la estrategia de su representante en la cuenca del Caribe. Aunque silenciosamente continúa la financiación de la campaña opositora según informan medios estadounidenses. Desde el Departamento de Estado de EE.UU. confirmaron la intención de desviar dinero destinado a ayudas al desarrollo del llamado ‘Triángulo Norte de Centroamérica” (conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador) para apoyar a la oposición venezolana liderada por Guaidó, según informó la CNN, citando a un portavoz del organismo.
Quienes están más firmes con la idea de bloquear políticamente a Caracas son Argentina, Chile, Colombia y Brasil. Acaba de concluir la cumbre del Mercosur en la provincia de Santa Fe, Argentina. Los dos ejes centrales del encuentro fueron el acuerdo de este bloque con su par europeo y otros en desarrollo con EE.UU, Canadá y Corea del Sur; y la situación en Venezuela. El país anfitrión y Brasil pretendían cerrar un documento condenatorio contra Caracas pero las negativas de Uruguay y Bolivia lo suavizaron. Se eliminó la palabra dictadura y el reconocimiento de Guaidó como “presidente encargado”. En la declaración de mandatarios sobre la crisis en el país caribeño, se solicita la convocatoria a elecciones basándose en la grave situación humanitaria descripta en el informe sobre DD.HH. elaborado por la Alta Comisionada de la ONU, Michelle Bachelet. Bolivia fue el único país que no firmó esta declaración.
El duro informe sobre los DD.HH. en Venezuela publicado hace pocos días por la ex presidenta de Chile, fue calificado de “parcial” por el gobierno venezolano. Caracas envió una respuesta a este documento, a modo de queja y pidió considerar toda la información brindada por el gobierno y no sólo tomar como testimonios válidos las voces opositoras.