S.O.S. Assange
Julian Assange atraviesa los días más difíciles desde que comenzó su reclusión forzada en 2012 en la embajada de Ecuador en Londres y continuó de manera violenta en el penal de máxima seguridad de Belmarsh, en el sur de la capital británica. Hoy, está en riesgo su vida. En esto coinciden la mayoría de los allegados y representantes legales del periodista australiano.
Por revelar verdades lo han cercado judicialmente y mediáticamente. Las artimañas de los grandes medios de comunicación y agencias “serias” de noticias internacionales que se jactan de defender la libertad de expresión, también demonizan al fundador de Wikileaks y ponen todos los días en duda su rol de periodista. Lo llaman hacker, activista, “rebelde” pero pocas veces explican la importancia de lo que Assange destapó en los últimos años.
La solicitud de extradición de Suecia no ha prosperado. La justicia de ese país reabrió la causa por violación que pesa sobre Assange y pidió su traslado pero ese requerimiento no fue aprobado. Mucho más problemático es el caso abierto en EE.UU y por el cual también hay un pedido de extradición. Assange está acusado de espionaje y en las últimas semanas sumó 17 cargos más de este tipo en la justicia de Virginia. Ahora bien, una vez que Assange cumpla la condena (50 semanas) en Londres por presuntamente violar la libertad condicional cuando pidió asilo a Quito, la justicia británica deberá resolver si acepta o no la extradición del periodista ya que en el marco legal europeo al cual adscribe hasta el momento Londres, está prohibida la extradición de una persona acusada por motivos políticos y en la legislación local el espionaje se enmarca dentro de este tipo de delitos. Además, tanto la legislación británica como la europea, prohíben extraditar personas a países con pena de muerte, a menos que el país receptor garantice que dicha pena no será aplicada. Virginia es uno de los 30 estados entre 50 de EE.UU que ejecuta la pena capital.
Assange fue recientemente visitado por el relator especial de la ONU, Nils Melzer, quien alertó sobre la situación física y mental del periodista. “Assange sufre síntomas propios de tortura psicológica” lamentó Melzer. Para el relator, desde 2010, año en el que Wikileaks comenzó a filtrar información sobre los crímenes de guerra de Washington, varios países pusieron en marcha un plan para extraditar a Assange a EE.UU, en lo que constituye para Melzer, una criminalización del periodismo de investigación y una violación de leyes internacionales.
Semanas atrás, el periodista británico Gordon Dimmack leyó un mensaje de Assange escrito desde la cárcel (ver video aparte). En la misiva, el fundador de Wikileaks asegura que se siente indefenso y que cuenta con sus seguidores para que salven su vida.
Mientras Washington y las grandes corporaciones mediáticas continúan presionando a Assange, el prestigioso Club de Periodistas de México galardonó al australiano por “representar la inclaudicable voluntad de hacer valer el derecho a la información”. El excanciller de Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa, Ricardo Patiño, recibió a nombre de Assange la medalla y el diploma.
El periodista Pedro Miguel, quien también fue premiado, anunció la reciente creación del grupo Derecho a la Verdad, en apoyo a Julian Assange, Chelsea Manning y Edward Snowden, y el próximo 20 de junio, Día Mundial del Refugiado, hará su presentación en la Casa Refugio Citlaltépetl.