Salud y Educación

Personas mayores: prioridad mayor

Por Gabriel Katz.

Argentina se ubica entre los países más envejecidos de América Latina, con casi el 15 por ciento de su población que tiene 60 o más años. Las personas mayores conforman el sector más diverso y heterogéneo de la sociedad. Cada persona transita su vejez de múltiples maneras. Por ello, la vejez no constituye un grupo que se defina sólo por su condición biológica, sino que las condiciones sociales, económicas, culturales, generacionales, de género y hasta étnicas, también especifican su fortaleza y su vulnerabilidad.

La pandemia del Coronavirus, está desnudando liderazgos políticos, sistemas de salud, formas de vincularnos y de nombrarnos. Es importante considerar de qué modo es tratada socialmente la vejez en este contexto, y de qué manera los medios cubren esta información. 

En las últimas semanas, nuestro país dispuso una serie de medidas  dedicadas a brindar distintas formas de asistencia y cuidados a los más grandes de la sociedad. Prioridad en supermercados y farmacias, la facilidad de no tener que presentar el Certificado de Supervivencia para cobrar la jubilación, son algunos de los ejemplos.

Acaso lo más interesante de estas acciones se sintetiza en el proyecto “Comunidad PAMI”, que se creó en el marco de esta contingencia para que las personas mayores que lo requieran tengan la posibilidad de conversar con una persona voluntaria con el objetivo de establecer un vínculo directo. En tanto, personal de las gerencias de Promoción Social y Comunitaria y Gestión Social de dicho organismo, están en permanente contacto con la red de acompañantes para ayudarlos en sus consultas y poder articular soluciones concretas. La convocatoria se abrió el 22 de marzo y ya son casi 10 mil las y los voluntario/as, que llenaron el formulario en el que se comprometen a llamar por teléfono a las personas afiliadas o a mantener el contacto a través de la comunicación digital.

El psicogerontólogo y subgerente de PAMI Ricardo Iacub opina que: “es interesante la movilización que generó “COMUNIDAD PAMI”, así como el llamado de muchos gobiernos provinciales y municipales, que han convocado a ser voluntarios con muchísimo éxito, lo que da cuenta de una relación afectiva con los mayores que sigue presente en nuestra sociedad. 

En este sentido, en nuestro país parece no haber lugar para comentarios tan extremos como los que escuchamos de Bélgica o Italia.

IACUB: Coincido. Hay una gran diferencia entre los planteos acerca del dejar morir y los que los protegen. Lo que implica una posición ética que debemos cuestionar muy firmemente ya que la edad no es un criterio preciso, sino que solo podemos pensar que estadísticamente puede haber mayor comorbilidad y por ello más riesgo. Pero de todas maneras estamos presenciando muertes en edades muy diversas y habla de un riesgo menos estándar, y donde la opción, frente a la ”carencia de los sistemas de salud” debería basarse en consideraciones objetivas sobre la posibilidad de recuperación. También es importante señalar que hubo información confusa acerca de los Países Bajos, ya que hubo voces que plantearon el no atender por criterios de edad, pero hubo otras que sostenían un criterio ético de cuidado con pacientes que no tenían posibilidad de recuperación y que podría derivar en un ensañamiento terapéutico.

Sin embargo, hay voces que buscando proteger al adulto mayor, parecen desconocer su cualidad de adulto.

IACUB: Exacto, la particularidad del viejismo, que es la discriminación al viejo, es que solemos tener un lente que al mirar a los viejos ven más su debilidad que sus recursos, por ello nos parece más evidente que señores con pelo blanco y bastón sean viejos pero no Mick Jagger o Moria Casán. Lectura que lleva a mirar reducida y sesgadamente a las personas mayores. O que lo cariñoso sobrepase el cuidado por el derecho del otro a elegir. Uno de los riesgos de esta mirada es que el cuidado de lo que pueden necesitar los mayores se convierta en un control excesivo que rebase aquello que puntualmente puedan requerir. 

La pregunta entonces sería: ¿hasta dónde llego con el cuidado?

IACUB: Si, son poblaciones que son concebidas como vulnerables o frágiles y se los controla más, desde las necesidades que percibe el que ejerce cuidados, que de quien lo necesita. Algunos ejemplos: el dejar de conducir autos suele aparecer más como una demanda de los hijos que como un límite puesto por quien da los registros. Hoy puedo apoyar y recomendar que no salga de la casa, pero la decisión es del otro. Por eso debo tratar de convencer y acompañar a ese adulto/a y mayor, que va a tener que permanecer mucho más tiempo que los más jóvenes. Por ello, COMUNIDAD PAMI tiene el llamado telefónico, la ayuda en trámites, y muchas películas, juegos, clases, etc. Es interesante reflexionar y preguntarnos hasta dónde llegamos con la protección del otro. Creo que la cuestión central es cuidar con límites, cuidar a sujetos que son adultos y cuidar respetando los derechos de cada uno. 

Promover y proteger las libertades fundamentales de la persona mayor para contribuir a su plena inclusión, integración y participación en la sociedad, figura entre los objetivos fundacionales de La Convención Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. La Convención, a la que Argentina adhiere, consagró e inspiró, entre otros derechos, la denominación “personas mayores”, término inclusivo que incorpora a mujeres, varones e integrantes del colectivo LGTTTBIQ.