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El fuego avanza, la caza de brujas también

Por Camila Voutier, La tercera puerta, Comarca Andina, especial para Agenda Sur

Mientras el fuego avanza sin dar tregua por Mallín Ahogado, también se profundiza la persecución judicial contra brigadistas voluntarios y voluntarias.

Un clima enrarecido pesa sobre la Comarca Andina. El viernes 7 de febrero, el viento de hasta 80 km/h reavivó el fuego y el incendio se extendió nuevamente hacia zonas de interfase, la costa del Río Azul, el sector de Hue Nain y Cascada Escondida. Hubo evacuaciones preventivas y no se descarta que haya nuevas viviendas quemadas, que se sumarían al centenar de casas perdidas. Ya son 3.000 las hectáreas consumidas por el fuego -más de 22 mil a nivel nacional-, informó el Servicio de Prevención y Lucha Contra Incendios Forestales de Río Negro (SPLIF) en su último parte.  
Mientras el fuego avanza sin dar tregua por Mallín Ahogado, también se profundiza la persecución judicial contra brigadistas voluntarios y voluntarias. “Creemos que la investigación está yendo para el lado equivocado”, alerta Nelson Ávalos, referente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) del Noroeste de Chubut.

En los últimos días volvieron a darse detenciones en el marco de la investigación sobre los incendios en Mallín Ahogado. El pasado cinco de febrero fueron detenidos tres varones, de los cuales uno se mantiene en prisión preventiva por el plazo de un mes. Al día siguiente, fueron aprehendidas dos mujeres con domicilio en El Hoyo y, según informó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), este viernes se produjeron tres detenciones más. 
En este caso, el organismo explicó: “la fiscalía solicitó la detención de seis personas -cinco mujeres y un varón-, el allanamiento de dos de ellas y la requisa personal de otras cuatro, sobre quienes pesan órdenes de detención”. La medida del Ministerio Público Fiscal se produjo “bajo la acusación endeble que trascendió: la “actitud” en la Chacra de Palma”, dijeron desde el CELS.
En un comunicado de amigos/as, familiares y vecinos/as “de las seis personas inocentes que fueron detenidas sin fundamento”, informaron que fueron “trasladadas a la Comisaría 27 de Bariloche y acusadas de provocar un foco de incendio el 2 de febrero de 2025”. “Son vecinxs profesionalxs, constructorxs y comprometidxs con el cuidado del medio ambiente que colaboraban voluntariamente en la zona incendiada”, aseguraron. “Por una denuncia falsa, sin ningún tipo de pruebas ni evidencias, desplegaron un operativo policial de gran magnitud, allanaron una casa, dejaron a las personas incomunicadas y sin brindarnos información clara, están pasando varias noches en comisaría y a la espera de una audiencia judicial”, denunciaron.
Nelson Ávalos, quien estuvo acompañando a una de las brigadistas voluntarias mientras eran allanadas, cuenta que las chicas “no entendían qué pasaba”. Según relata el referente, una de ellas es oriunda de Tucumán y estaba de visita en la zona cuando decidió ir a colaborar con los incendios. 

Dos liberados y el ataque de una patota

Las primeras detenciones se produjeron cuando la Policía de Río Negro se llevó esposados a tres jóvenes que colaboraban en combatir los incendios. Esa misma tarde un grupo de personas se congregó en las puertas de la Comisaría 12 de El Bolsón para pedir la liberación de los detenidos y fueron atacados por una patota de hombres a caballo armados con palos, rebenques y piedras, que arremetieron violentamente al grito de “¡Viva la libertad!, ¡Viva la Patria!”. Según informó el diario Tiempo Argentino, la patota estaba encabezada por Hugo Araneda, “un violento integrante de fuerzas de choque irregulares, que operan tanto para el municipio como para el Ejército privado de Lago Escondido”, indicó el medio. 
Nora Corvalán es vecina de la Comarca Andina y activista ambiental. En diálogo con La Tercera Puerta, relató: “cuando estábamos en la comisaría, dos personas conocidas se aparecieron y dijeron: ese señor pelado que está en la foto, que estuvo circulando como uno de los detenidos, fue el que impidió que se quemara la casa de mi hijo en Mallín, por eso estoy acá”. 
“Es una caza de brujas, indiscriminada, para sembrar miedo, paranoia, para que nos miremos con desconfianza entre nosotres. Con argumentos muy obvios, por ejemplo que tenés botellas o bidones, cuando en estos momentos, y sobre todo ahora, siempre andamos con botellas y bidones. Es muy burdo todo lo que están haciendo”, aseguró Corvalán. 
Dos de los primeros tres detenidos fueron liberados al día siguiente de la aprehensión. Uno de ellos, Fabián Pasos relató en Radio Con Vos Patagonia: “Hubo una equivocación grande. Hubo una denuncia sobre un muchacho que había tirado algo con combustible en un lugar donde estuvimos trabajando y apagando el fuego. Hace años que ayudamos en El Bolsón en varios incendios. Tenemos el alma de ayudar”.
El tercero fue imputado ayer con escasas pruebas por el delito de incendio en grado de tentativa. La imputación quedó a cargo del fiscal de El Bolsón, Francisco Arrién y Martín Lozada. Por su parte, el juez Ricardo Calcagño le dictó la prisión preventiva por un mes argumentando que “no se puede desestimar una investigación sin llegar hasta el fondo para saber cuáles fueron los motivos por los cuales este joven estaba ahí”. 

Portación de rostro

Según la acusación de la Fiscalía, el 5 de febrero en horas de la mañana en el sendero que va hacia la confluencia de los ríos Azul y Blanco en la zona del ANPRALE, el joven ahora en prisión, habría sido visto “transportando una botella con líquido combustible” y “tuvo la intención de iniciar un foco ígneo”, oportunidad en que fue interceptado por dos testigos, quienes lo vieron “en actitud sospechosa”. 
Sin embargo, el mismo joven desmintió la acusación en la audiencia que se llevó a cabo en el día de ayer: “yo estaba en Wharton, estaba ayudando a los pibes de los pozones. Ellos me iban a encontrar en la playita a las 9 de la mañana. En mi mochila llevaba comida”.
El defensor oficial, Nelson Vigueras, apuntó contra la endeble acusación del fiscal. “Le vio cara ‘sospechosa’ la testigo. ¿Qué es esto, portación de rostro?”, interpeló. “Una cosa son los ciudadanos que están atemorizados por los incendios y otra es que la cara sospechosa pase el filtro de la Policía y la Fiscalía. Estamos acá por una cara sospechosa”. 

Foto Marcelo Martínez desde La Patagonia.

Quieren romper con la solidaridad

“Quieren romper con la solidaridad”, aseveró Nelson Ávalos sobre las detenciones. En el mismo sentido se expresó Cecilia García, referente de la APDH Noroeste Chubutense, días atrás en la radio Futurock: “La otra cara es que estamos dando la plata que no tenemos. Con motobombas, con comida… Se abrieron en casas de familias y todo el mundo está poniendo los zapallitos de la huerta, carne picada, huevos para los brigadistas, esto nos corrió del eje de apagar el incendio”. 

Nora Corvalán, vecina: “Si siguen mandando al frente gente así, yo si soy voluntario no voy. Porque mañana, o me cagan a piñas o me sacan una foto y me escrachan y no puedo volver más.”


Hace unos días, en una de las recorridas que realizó La Tercera Puerta para entrevistar a los vecinos y vecinas damnificados, una pobladora opinó al respecto. “Acá brotan los focos, pero cómo voy a decir que viene alguien a prender. Acá el fuego saltó doscientos metros. El fuego está por allá y el invernadero está todo quemado. Meten pánico, y no entiendo por qué”.
“Pasó mucha gente por acá, ninguno pensé que podría venir a prender o a robar”, relató otro vecino. “Pero si siguen mandando al frente gente así, yo si soy voluntario no voy. Porque mañana, o me cagan a piñas o me sacan una foto y me escrachan y no puedo volver más. Es la misma metodología del Gobierno, meter presa a gente inocente en una marcha así después nadie sale a una marcha. Les sale bien”, afirmó. Para Nora Corvalán, “están buscando perejiles”. 
Un clima enrarecido pesa sobre la Comarca Andina. Mientras desde algunos sectores intentan impulsar una falsa pelea de vecinos contra vecinos, el fuego continúa ardiendo y una red humanitaria se teje desde abajo. Con solidaridad, con amor, con un único objetivo: apagar el fuego, acompañar y cuidar. Por sobre todo, cuidar. 

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