Cris, ¿”pasión” en el escenario?
Las secuelas de la Plaza de Cristina. Diferencia entre liderar y conducir. El escenario real y el necesario. La pelea Larreta vs Bullrich; Macri y Milei.
La única sorpresa que dejó el escenario de la Plaza de Cristina Fernández del 25, fueron sus nietos. Allí estuvieron representados sólo los sectores propios, los que eran previsible que estuvieran. Con ello alcanza para ser la primera minoría, con intensidad y pasión, con una líder indiscutida. Pero no para ser mayoría, para ampliar el espacio. Seguramente sea suficiente para consolidad el núcleo duro del que habla la Vicepresidenta en sus últimas apariciones. En una elección de tres tercios, quizás hasta alcance para ingresar al balotaje. Pero muy difícilmente sea suficiente para ganar. A Cristina le sobra paño para ser la líder de la multitud Kirchnerista. No pareciera que se plantee conducir todo el Peronismo. El espacio no se amplía, se mantiene con tendencia a tirar “el achique”. En fútbol, cuando esta táctica se repite como sistema, suele terminar en offside o gol en contra.
Cristina habla con pasión de la necesidad de un acuerdo nacional para refundar el país. No obstante, en su accionar no se ve que lo construya. Éste debiera contener no sólo a las y los propios, sino a más en cantidad y calidad. Hubo tres gobernadores: Axel Kicillof, Ricardo Quintela y Alicia Kirchner. Pocos. Ni siquiera Jorge Capitanich, uno de los más cercanos. Los sindicatos que están cerca de la Vice y que, de hecho, fueron parte de la organización del acto. Nada más. Los intendentes del Conurbano movilizaron fuerte. No hubo cantidad similar de colegas de ciudades del interior. La única sorpresa interesante se dio entre los movimientos sociales, con el Evita. Como suele ser tan esquiva la organización de Pérsico- Navarro, esperemos que en la próxima no “eviten” participar… La tercera pata debieran ser los empresarios; muy poquitos, de la CGERA. En síntesis, en el escenario no se vio la construcción del gran acuerdo nacional. Ya suena extraño que se puede dialogar con sectores disímiles y antagónicos sino se logra articular entre el Presidente, la Vice y el principal ministro –de Economía- del propio Frente de Todos. Oración aparte para Alberto Fernández, pasando un rato antes por la Plaza y después tomándose un avión con la guitarra. Da la sensación que lo único que le interesa es ganarle a Cristina. “Hola qué tal”, diría ella, “todavía sos Presidente”.
En el escenario no se vio la construcción del gran acuerdo nacional.
El Kirchnerismo comenzó a cerrarse en sí mismo a medida que, paradójicamente, tomaba algunas de las medidas más audaces durante el segundo Gobierno de Cristina. Todavía hay mucho para ampliar, ésa es o debiera ser la tarea. No es “Peronista” conformarse con una derrota digna o concentrarse en la provincia de Buenos Aires. Hay que ir a disputar el Poder. Y con ese palco no alcanza. La conducción pasa por ampliar, contener y darle un sentido político a ese armado. No es fácil, claro que no, pero así es un movimiento popular que disputa poder: amplio, diverso, pero con una clara y fuerte conducción política.
Como el objetivo pareciera ser sólo la consolidación del núcleo duro, Cristina dedica últimamente muchísimo más tiempo a hablar del pasado que del futuro. El discurso del otro día no fue la excepción, cuando debiera ser exactamente al revés si el interlocutor pensado es el ajeno, no el propio; el menor de 35 años, no el que recuerda del 2003 para acá. Si la meta es ganar la elección y no solamente entrar al balotaje.
Las y los puros llegaron con pasión, se fueron con gusto a poco. Por eso lo más destacable fueron los cuatro puntos que propuso hacia adelante: rehacer el acuerdo con el FMI; alianzas público-privadas para explotar los recursos naturales estratégicos; renovar el pacto democrático y refundar la Corte.
Cristina es una líder indiscutida, lo más cercano que tenemos a una estadista.
Al día siguiente, Quintela, el gobernador de La Rioja presente en el acto, dijo que “hay que recuperar a los compañeros que se han ido, como Florencio Randazzo, Graciela Camaño, Emilio Monzó y Juan Schiaretti”. Si bien en algún caso es casi imposible, como el de Schiaretti, que siempre con su “cordobecismo” termina jugando para Mauricio Macri, se entiende como fundamental la necesidad política de ampliación.
Cristina es una líder indiscutida, lo más cercano que tenemos a una estadista. Responsable junto a Néstor de las experiencias más exitosas y felices para el pueblo de las últimas décadas. La que mejor puede hacer una caracterización correcta de la coyuntura económica y mundial actuales. Genera pasión en esa primera minoría que es el Kirchnerismo, por eso debiera conducir un amplio movimiento nacional y popular.
La posta la tomará…
Ahora parece que el precandidato va a ser Eduardo “Wado” de Pedro. Un muy buen precandidato que, lamentablemente, cuenta con la gestión económica del FDT y su desconocimiento por parte del electorado, en contra. A Sergio Massa lo complican, y mucho, los índices de inflación. El viaje a China es su última oportunidad, si es que le queda una. Si hubiera PASO como parece, que no sean con cinco que midan dos puntos cada uno; sino son con dos –Daniel Scioli- y de manera ORDENADA, por favor. Axel Kicillof quiere buscar la reelección como gobernador. De más está decir que si sintiera que podría ser electo Presidente, y no perder, no dudaría en pegar el salto, ¿no? Con todo, para ampliar , la fórmula debiera tener como integrante a un gobenador/a, preferentemente del norte grande o de las pcias. centrales.
Alejados por el Cambio
El Radicalismo la sigue mirando desde afuera. Mantiene su política de conformarse con poner los “vices” a presi y gobernadores. No sólo parece poco, es muy poco. Un pobre papel. Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y, sobre todo, Mauricio Macri llevan a Juntos por el Cambio a una situación cada vez más tensa.
Si en provincia de Buenos Aires no acuerdan y los dos primeros llevan precandidatos a intendentes, la sangría puede ser letal. Una cosa es que “nada más” peleen Diego Santilli contra Néstor Grindetti por la candidatura de ese espacio por la gobernación. Tras las PASO, será muy difícil que Larreta contenga a Bullrich, y viceversa. Y si a ello se les agregan las listas a intendentes completas de ambos en la mayoría de los 135 territorios, la interna puede causar más pérdidas que ganancia.
Tras las PASO, será muy difícil que Larreta contenga a Bullrich, y viceversa.
Macri apuesta a tres bandas: a ganador con Bullrich; a negociar condicionando fuertemente a Larreta; y con Milei, si por esas carambolas de la política argentina termina ganando: en ese caso le “pondrá” toda la estructura de diputados y senadores PRO puro para darle sostén a alguien que no tiene armado propio.
Como dijo una vez el futuro candidato a Jefe de Gobierno del PRO –si es que Martín Lousteau no lo impugna antes-: “Macri sabe más de cada uno de nosotros, que nosotros mismos”. “Escucharon”, parece…
Falta menos de un mes para el 24 de junio, fecha de la presentación de las listas, de todos los nombres. Habrá más roscas, son necesarias para hacer política, hasta cierto punto. Con éstas no se come, ni siquiera se baja la inflación. Cuidado, esta semana vimos un claro triunfo de la derecha y extrema derecha en España, un país más. Cada vez son más, a ver si tomamos dimensión del riesgo, nosotros y nuestros dirigentes.
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