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¿Qué hay detrás del conflicto en Ucrania? Rusia siempre tiene plan B

Rusia es el principal proveedor de gas natural de Europa; abastece en gran parte a los países del este y principalmente a Alemania.

El conflicto en Ucrania revela que el mundo comienza a reordenarse políticamente de otra manera. Las fichas de este gran tablero se acomodan de acuerdo a quién tiene los recursos energéticos y económicos para liderar las negociaciones. Más allá de las históricas disputas territoriales, hoy la subsistencia de las economías depende de lo bien o mal que cada nación desarrolle o administre sus energías. 

Foto: Gazprom.com

Rusia es el principal proveedor de gas natural de Europa; abastece en gran parte a los países del este y principalmente a Alemania. Moscú tiene dos compromisos con el viejo continente: uno es el gasoducto NordStream (pasa por Ucrania) que ya funciona desde 2011; y el segundo es NordStream 2 que atraviesa el Mar Báltico y transportaría gas de manera exclusiva a países del centro europeo y a Berlín. Este gasoducto aún no fue aprobado por la Unión y Alemania debe confirmar su certificación. La preocupación del canciller alemán Olaf Scholz recién llegado al Bundestag pasa por evitar una guerra en la región que pondría en peligro los acuerdos con el Kremlin. Muchos especulan sobre la posibilidad de que el presidente ruso Vladimir Putin cierre el grifo si finalmente Europa termina apoyando el ingreso de Ucrania a la OTAN, lo que desataría un conflicto armado. Pero para Moscú, si bien esta posibilidad sería perder un gran cliente ya que el 85% de las exportaciones de gas ruso van a parar a los países de la UE, no le provocaría una caída irremontable. Rusia siempre tiene plan B. 

El plan B es Power of Siberia 2, un gasoducto que unirá la península de Yamal (Rusia) con Pekín.

La salida es Asia

El plan B es Power of Siberia 2, un gasoducto que unirá la península de Yamal (Rusia) con Pekín. La obra recorrerá más de 4 mil kilómetros. En Yamal se encuentran las mayores reservas de gas de Rusia. Este gasoducto entregaría gas directamente a las regiones del noroeste de China, que son las más densamente pobladas. Los chinos aún no firmaron el acuerdo ya que no sería exclusivo con ellos como sí lo es Siberia 1. Este segundo gasoducto abastecería tanto a Europa como al gigante asiático. Rusia intenta diversificar la distribución de su mayor patrimonio energético.

Xi Jinping (China) y Vladimir Putin (Rusia).

China le compra a Moscú cerca del 40% del gas. Un segundo gasoducto duplicaría las exportaciones de Moscú a Pekín, cruzando Mongolia y hacia las regiones industriales de la potencia asiática. De acuerdo a la consultora McKinsey, la demanda de gas de China será el doble en 2035. Se espera también que el consumo de gas supere al petróleo como principal fuente de combustible para 2050, según Sinopec, una de las empresas de energía más grandes de China.

China le compra a Moscú cerca del 40% del gas.

Tanto China como Alemania están en pleno proceso de descarbonización, lo que implica que necesitarán consumir más gas en los próximos años. El nuevo gasoducto a China podría darle a Moscú el poder de vender gas al mejor postor, enfrentando a los compradores chinos y europeos entre sí. Lo que de aquí en adelante se dirima en cuanto a política energética dependerá en buena parte de Rusia. El botón rojo lo tiene el Kremlin.

Fuente: Eurostat.

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