EEUU: Las trampas de Trump para no perder las elecciones
La popularidad de Donald Trump baja estrepitosamente. Según la revista The Economist, el nivel de desaprobación llega al 55% y esto es consistente si se toma en cuenta los diferentes temas de interés: la inflación, la economía, los derechos civiles, la inmigración y la seguridad nacional.
Las elecciones de medio término se llevarán a cabo el próximo mes de noviembre. Históricamente, la administración que está en el poder tiende a perder las elecciones de medio término. Por lo tanto, el gobierno de Trump pone en funcionamiento estrategias para evitar perder bancas congresistas y así mantener la mayoría de sus representantes.


Donald Trump hizo un pedido especial al Congreso del Estado de Texas apra realizar la división distrital y conseguir así más bancas para el Congreso Nacional. El censo poblacional se realiza en los Estados Unidos cada diez años y es en ese momento cuando se crean los nuevos mapas distritales. El último se realizó en el año 2020, por lo que el próximo sería en el 2030. Trump les pide a los congresistas de Texas hacer trampa. Los republicanos de Texas aceptaron el desafío, y como tienen mayoría en ambas Cámaras, lograron pasar la medida. Intentarán, así, dibujar un mapa para eliminar ciertos distritos y crear nuevos.
Los distritos a eliminar coinciden con aquellos distritos que representan minorías étnicas, que a su vez son representados por el partido Demócrata, de ese modo se diluye su poder político y se crean nuevos distritos para aumentar el número de representantes Republicanos. En inglés, a esto se lo llama “gerrymandaring”, que según el diccionario es la manipulación de las fronteras de las circunscripciones electorales para favorecer un partido determinado.


Gavin Newsom, gobernador de otro de los Estados más populosos del país y Demócrata, dijo que iba a ordenar hacer lo mismo en California. Sin embargo, muchos de los estados Demócratas tienen regulaciones estrictas sobre la creación de distritos congresionales, como comisiones independientes encargadas de ello y la prohibición de hacerlo antes del siguiente censo poblacional.
Por otra parte, el presidente Trump ha declarado en varias oportunidades su deseo de eliminar el voto por correo, que ha existido desde hace muchas décadas. Uno de los grupos beneficiarios de esto son los militares que viven en las más de 800 bases esparcidas por el mundo. Trump cree, erróneamente, que la mayoría de las personas que votan por correo son Demócratas. Alrededor del 30% de la población votó a través de esta modalidad en las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, lo que representa a 48 millones de personas. Según el New York Times, el 33% de los Republicanos y el 59% de los Demócratas utilizaron esta forma de emisión del voto. Muchas de estas personas eligen este tipo de voto ya que viven en zonas rurales, alejadas de los centros de votación. Lo cierto es que eliminar este modo de votar perjudicaría también a los Republicanos.
El abogado especialista en elecciones Marc Elías, quien conformó el equipo legal para llevar a juicio todos los intentos de fraude que Trump inició en 2020, dijo que lo que más le preocupa es que el Ministerio de Justicia haya pedido a varios Estados una lista de todas las personas que están registradas para votar, y otras informaciones tales como en qué elecciones votan, en qué partido están registrados, a qué candidatos han votado, género, etnia, etc. Lo que le inquieta de esto es que esta información podría ser utilizada de manera inapropiada para diseminar información falsa post-elección.
Según Elías, Trump podría enviar la Guardia Nacional para incautar las máquinas de votación o considerar que una porción de los sufragios emitidos en una región en particular, serían considerados inválidos. Elías se pregunta “¿y ahora quién lo va a parar?”, refiriéndose a que ya no quedan ni aquellos pocos funcionarios de la Casa Blanca que impedían acciones ilegales por parte del poder ejecutivo durante su primer Gobierno. Ahora Trump se ha rodeado de funcionarios leales, radicales de ultra-derecha y partidarios de la supremacía blanca cristiana. Elías dice que “a los dictadores les encantan las elecciones”, aludiendo a que Trump no se animará a prohibir elecciones, pero que duda que las próximas elecciones sean justas y libres.
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