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Comenzó la presidencia de Massa

Orden por la Patria, conflicto por el Cambio

Los debates tras la elección de las fórmulas. El cierre de listas. Cómo jugarán las y los precandidatos. ¿Habrá rupturas y reacomodamientos? Los escenarios posibles para después de las PASO.

Desde el momento en que fue ungido casi de manera unánime como precandidato a Presidente, Sergio Massa empezó su Gobierno, que durará entre cuatro (primera vuelta) y cinco meses (balojate). Su campaña será su gestión al frente de Economía. Con eso convencerá, más o menos, a las y los indecisos, a quienes conforman el voto blando, el electorado que oscila y el que, en definitiva, es el que hace ganar o perder las elecciones.
También deberá garantizar el voto “K” puro. Y en parte ese factor es positivo, porque tendrá que dar señales en ese sentido. Este sector, que sigue conformando la primera minoría del país pero que está en descenso en los últimos años, tiene también sus contradicciones válidas para apoyar a Massa. Pero veamos: gobernadores, dirigentes del Peronismo, intendentes, la CGT –más allá de su dirigencia en gran parte burócrata y entreguista, es el Confederación que más trabajadores formales agrupa- y algunos movimientos sociales, lo querían a él como candidato de consenso. Y una parte importante del Kirchnerismo, también: el gobernador Axel Kicillof, Máximo Kirchner, por ejemplo. Y la propia Cristina, “La Jefa”, es una de las grandes, sino la más importante, hacedora de la fórmula con Agustín Rossi. El primer lunes posterior al cierre de listas, Cristina, Kicillof, Máximo, Wado se mostraron con Massa. Y él estuvo en el acto de recuperación del avión por los vuelos de la muerte. Ni quienes lo bancaron ni el escenario son casuales; mensaje para el núcleo duro “K”.
Ahora bien, ¿es la lideresa pero no se reconocen sus decisiones? Cuando dice que es necesario un “gran acuerdo nacional” y muchos aplaudimos, ¿es posible pensarlo sin incluir a la propia gente del espacio? ¿Ese consenso hay que construirlo sin Alberto Fernández ni Massa? ¿En serio hay que imaginarlo con los enemigos, pero no con quienes en otros momentos no lo fueron pero hoy son nuestros compañeros? ¿No hubo defecciones entre quienes supuestamente eran “puros”? Si todos los traidores se fueran con Massa, como decía la canción de La Cámpora, ¿cuántos quedarían? ¿Se puede con ese puñado construir una sociedad que nos contenga a todas/os? Siempre es mejor ganar, no alcanza, pero es la condición necesaria. Massa- Agustín Rossi es una fórmula para intentar ganar.

“Massa es Larreta”

Esa frase sintetizan las críticas de muchos y muchas Kirchneristas decepcionados con la elección de Massa. Si así fuera, estaría en Juntos por el Cambio rodeado de José Luis Espert, Cinthia Hotton, Morales, Miguel Pichetto, y siguen las firmas. No, está con Axel, con Wado, con Agustín Rossi en Unión por la Patria. Por si quedaran dudas, hoy estuvo con las “Madres”.
Está claro que a muchos puede darnos muchas más garantías ideológicas el ministro del Interior que el de Economía. Pero no se trata de lo que uno quiere, sino de leer un poco las realidades local y mundial: la derecha logró correr la discusión política e instalar agenda. Puede no gustarnos, pero no podemos negarlo. El balotaje no será Revolución o Socialdemocracia. Será Massa o Patricia Bullrich/ Horacio Rodríguez Larreta. Si alguna/o todavía creía en la falsa dicotomía “halcones o palomas”, después de la represión y las torturas a las y los detenidos de manera ilegal en Jujuy, propio de la dictadura,  creo que quedó evidenciado que son lo mismo. De hecho, el represor acompañará a Larreta, no a Bullrich ni a Javier Milei.

El balotaje no será Revolución o Socialdemocracia. Será Massa o Patricia Bullrich/ Horacio Rodríguez Larreta.

Un compañero crítico decía que “a los dos años vamos tener que reclamarle medidas a Massa”; es posible. Si ganara algunos de los otros tres será a los dos segundos, y no para “avanzar” en derechos, sino para bancar a personas que la echan de sus trabajos y, por lo quedó expuesto, sacar a gente de las cárceles. ¿Es poco? Dependerá de lo que reclame el propio pueblo en las calles. En estos años el Peronismo estuvo desmovilizado, y no fue responsabilidad solo de Alberto Fernández; el Kirchnerismo también estuvo refugiado en la militancia twittera.
La sociedad argentina no es de izquierda. Si hay algo que caracterizó a Néstor y a Cristina fue que sus gobiernos estuvieron “a la izquierda del promedio de la sociedad”. Llevaron adelante políticas que el pueblo no les reclamaba: nadie le pedía ni las estatizaciones de las AFJP, de YPF o Aerolíneas Argentinas; la mayoría no imaginaba ni la AUH ni el matrimonio igualitario; lejos estaba el grueso de la sociedad de decirle “No al ALCA”. Sí lo exigió la militancia que estaba en las calles, bueno, habrá que volver a estas prácticas.
También es cierto que los dirigentes lo son en un contexto económico y político mundial determinados. No actúan en todo momento de la misma manera. No sería un líder si no pudiera “leer” la realidad mundial. Carlos Menem, quien traicionó al campo nacional y popular, lo hizo leyendo la realidad de esa época: el Consenso de Washington, las privatizaciones, en un mundo donde sobraban los dólares. Si hubiera querido es este momento histórico, tendría que haber elegido otras maneras. Hoy eso mismo no podría hacerlo, simplemente porque en el mundo no hay dólares para llevar y traer por todos lados. Claro está que también podría haber optado por resistir esas políticas neoliberales. Bueno, de eso se trata…
El futuro inmediato de Argentina avizora dólares por la energía y la balanza comercial. No es el tiempo del Consenso de Washington. EEUU ya no es hegemónico en el mundo, que se vuelve multipolar. Hoy está China disputando mano a mano el liderazgo de las potencias. Massa será Presidente, o no, pero en este contexto, no en otro. Y es hábil y pragmático.

Orden por la Patria, conflicto por el Cambio

Después de idas y vueltas y de tantas chicanas internas, el cierre de listas de Unión por la Patria fue ordenado. El de Juntos por el Cambio adelanta una gran hipótesis de conflicto: no hay que descartar, para nada, que la alianza de derecha se rompa tras las PASO. Es muy difícil imaginar a Bullrich o a Larreta “militando” la fórmula de su vencedor. Ante una derrota en agosto, es más probable pensar a Bullrich apoyando en primera vuelta a Milei, así como a Larreta podría hacer lo propio volcándose hacia Juan Schiaretti.

No hay que descartar, para nada, que Juntos por el Cambio se rompa tras las PASO.

¿Qué pasará en un hipotético balotaje Massa- alguno de los dos de JXC? Falta mucho todavía, hoy no se puede asegurar (ni descartar) nada. Como dato podría pensarse qué sucedió en Córdoba. Juntos por el Cambio ganó la conformación de la legislatura unicameral pero… perdió la gobernación a mano de Martín Llaryora (espacio de Schiaretti) por tres puntos. Raro, ¿no?¿Cómo jugaron ahí los radicales con un candidato que no les era propio, como Luis Juez? A Larreta, ¿quién le convenía que ganara: su aliado Schiaretti o su rival Bullrich, que apoyaba a Juez? ? ¿En CABA, Larreta va a apoyar a Jorge Macri o a Martín Lousteau? Esto, definitivamente, ya parece claro.
Se vienen las PASO, ya se conocen las y los precandidatos. La de UXP será pacífica. Juan Grabois quedó adentro, bien por esa decisión. Sumará y contendrá a quienes estén enojados. Por eso, tal vez, vuelva a “cobrar políticamente” mucho más de lo que puede construir.
Las internas, cuando son crueles, dejar heridas de muerte. JXC tendrá la suyas, y no sólo a nivel nacional, también para gobernador, Jefe de Gobierno, intendencias y hasta legisladores. Unión por la Patria evitó ese gran problema. Si las PASO son bien organizadas y el que pierde acompaña, suma, si no…
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