8N: ¿Qué está en juego en las elecciones de medio término en EEUU?
Informa María Eva Dorigo desde EEUU
Mayor participación de las mujeres. Probabilidades de que no gane el partido opositor. Tejemanejes de los republicanos. Una elección clave para el presidente demócrata Joe Biden.
El 8 de noviembre son las elecciones de medio término en los Estados Unidos.
Se votará por la renovación de bancadas en ambas cámaras del Congreso.
Históricamente, el partido que está en el Poder Ejecutivo pierde las elecciones de medio término. Pero no está claro que este patrón se repita en estos comicios.
Una de las razones, sería gracias a la decisión de la Corte Suprema de Justicia de dejar a los Estados decidir el derecho de las mujeres a la interrupción del embarazo, lo que ha afectado a millones de mujeres y ha impedido a médicos a brindar servicios obstétricos en al menos 13.
La decisión de la Corte Suprema, ha impulsado a muchas mujeres a registrarse para votar. Según un artículo del New York Times, en Kansas, por ejemplo, donde hace unas semanas atrás se votó un referéndum para mantener el derecho al aborto, el 70% de las personas que se habían registrado para votar fueron mujeres.
En Pennsylvania, Ohio, Oklahoma, Florida, North Carolina, Idaho, Alabama, New Mexico y Maine dentro del grupo de los nuevos registrados, el 35% son mujeres y el 9% hombres.
“Las incripciones no necesariamente se traducen en voto, y algunas mujeres estarán motivadas a votar a favor de restricciones y prohibiciones y no votos a favor del aborto. Pero las mujeres son más propensas que los hombres a indicar que la interrupción del embarazo debe ser legal en todos los casos, según encuestas, aunque el margen es poco. Además es mas alta la probabilidad que las mujeres voten por aquellos candidatos que proponen la protección de este derecho, que en su mayoría son Demócratas.”, según explica el artículo.
Otro tema a destacar en estas elecciones y que no tiene precedentes, es el hecho de que muchos candidatos a secretario de Estados, la autoridad máxima del Estado que supervisa los procesos electorales, son personas que han participado en el ataque al Congreso el 6 de enero de 2021. También hay otro sector que se los llama “election deniers” o negadores de elecciones. Son aquellos que sostienen que hubo fraude electoral durante las últimas elecciones presidenciales.
Esto ha generado alarma, ya que no es compatible que personas que ponen en duda uno de los mecanismos que existen en el sistema democrático, sean candidatos a ocupar un cargo para controlar y certificar a los ganadores o ganadoras de una elección.
En algunos Estados este puesto es nombrado por el gobernador, en otros la legislatura y en otros el voto popular. Si uno de estos secretarios de Estado se rehúsa a certificar las elecciones de su Estado, provocaría una crisis constitucional como nunca antes se haya visto.
Cisco Aguilar, candidato a Secretario de Estado en Nevada por el partido Demócrata dice que si su contrincante gana, propondrá volver a que la participación electoral sea presencial. La propuesta sería eliminar la votación anticipada y por correo. Lo que significa que la gente que trabaja no podría ejercer su derecho. Recordemos que el día de la votación se realiza el primer martes de noviembre y es un día laborable.
En los Estados Unidos votar no es obligatorio. La participación popular es mayor durante las elecciones presidenciales, disminuye en elecciones legislativas y es menor aún en elecciones estatales.
Pero son las elecciones estatales las que definen las políticas de los Estados, por lo que deberían ranquear alto en las prioridades de la gente.
Sin embargo, pocos ciudadanos saben los nombres de sus representantes federales y poquísimos de los estatales. Esto constituye un riesgo sobretodo si la gente va a votar y marca con una cruz al candidato del partido por el que usualmente vota, sin saber nada sobre él o ella.
Desde que en 1965 se aprobó la ley que amplía el derecho al voto en los Estados Unidos, los republicanos no han hecho más que esforzarse por hacharlo.
Lo van restringiendo de a poquito. Una de las estrategias es rechazar el voto porque la firma con la que se registró no es exactamente igual a la que usa en la boleta que envía por correo.
En estos casos, se supone que las autoridades deben contactarse con la persona, avisarle y pedirle que vaya a las oficinas gubernamentales correspondientes para ratificar su voto.
En muchos Estados ni siquiera le avisan a la persona que su voto quedó eliminado ni los llaman para verificar si el voto por correo es el suyo.
Estas elecciones pondrán en juego nuevamente el sistema democrático de los Estados Unidos. Un sistema que desde hace muchos años está puesto bajo la lupa por las irregularidades y tejemanejes del Partido Republicano.