En el acuerdo celebrado en horas de la mañana por la Cámara Federal de Casación Penal, el juez Alejandro Slokar exigió la renuncia del presidente  de la Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos. Un nuevo cuestionamiento agudiza la crisis de representación de Hornos ante la falta de documentación de sus pretendidas “explicaciones” cuando fueron descubiertas sus reiteradas y prolongadas visitas no oficiales al despacho del presidente Macri en la casa Rosada.

El presidente Alberto Fernández hizo clara referencia, sin mencionarlos, al juez Horno, y a su colega de la misma Cámara Mariano Borinsky.

 “Luego de los duros cuestionamientos que recibió de parte de sus colegas, cuando los jueces Angela Ledesma y Alejandro Slokar  exhortaron a un plenario de todos los jueces de la Cámara Federal de Casación penal para resolver la representación que ejerce Gustavo Hornos como Presidente,  la responsabilidad de quien dirige el máximo tribunal penal del país se vio sacudida por el pedio de su salida inmediata con motivo de las omisiones en el acta resumen del  acuerdo anterior donde pretendió justificarse por los hechos que dieron origen a la denuncia penal  y ante el Consejo de la Magistratura  presentadas por  el Diputado Martin Soria”.
Ayer, el presidente Alberto Fernández hizo clara referencia, sin mencionarlos, al juez Horno, y a su colega de la misma Cámara Mariano Borinski. Ambos visitaron a Mauricio Macri cuando era Presidente, Hornos de manera recurrente. “Algún miembro de este Congreso Nacional detectó la visita de jueces de la casación –Hornos y Borinsky- al entonces Presidente Macri, justamente días antes de dictar sentencias contra sus opositores políticos y solo una voz aislada de ese tribunal –Alejandro Slokar- se alzó reclamando explicaciones. El resto lo amparó bajo el manto del silencio”, expuso Alberto Fernández.
Las denuncias toman por base el reclamo de la ONG “Poder Ciudadano” que identificó reiteradas visitas al despacho presidencial de la casa Rosada, donde se reunía Hornos con el ex jefe de estado Macri. Tras esos  encuentros, firmó diversos fallos que perjudicaron a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros funcionarios de gobierno. También se supo que Hornos intervino en otros expedientes que favorecieron a Mauricio Macri.

En el acuerdo de superintendencia del tribunal de la semana pasada, Hornos había admitido ante sus pares las reiteradas visitas y los diálogos con Macri, en el marco de lo que definió como “relación social” para “consultas genéricas” sobre la “política judicial” y no de causas en particular. Se cuidó de no calificarlo como “amigo”, de esas formas, no del fondo. Hornos dijo también no saber si había actuado en las numerosas causas de trámite ante la casación donde el ex mandatario Macri resulta parte del expediente. 

“Los hechos que motivan la presente instalan irremediablemente un manto de duda con relación a principios básicos de la ética judicial, como la imparcialidad, la independencia, la responsabilidad institucional, la integridad, la transparencia y la prudencia”

Tras la reunión de los presidentes de las salas del tribunal, los jueces de la sala II  Alejandro  Slokar, Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci de inmediato le advirtieron en una comunicación que “a tenor de la situación expuesta, resulta imposible ignorar la responsabilidad intrínseca en la representación y conducción de un cuerpo colegiado -que maximiza la obligación de mantener una conducta irreprochable- habida cuenta que cualquier acto podría repercutir en la percepción sobre la propia Cámara y el resto de los jueces”. También que conforme los “Principios de Bangalore sobre la Conducta Judicial” “un juez no sólo estará libre de conexiones inapropiadas con los poderes ejecutivo y legislativo y de influencias inapropiadas por parte de los citados poderes, sino que también deberá tener apariencia de ser libre de las anteriores a los ojos de un observador razonable“.
Días después, en otro oficio, la jueza Ledesma le indicó con base en el “Código Iberoamericano de Etica Judicial” que:  “Los hechos que motivan la presente instalan irremediablemente un manto de duda con relación a principios básicos de la ética judicial, como la imparcialidad, la independencia, la responsabilidad institucional, la integridad, la transparencia y la prudencia; que no sólo incide en su figura como juez sino también en la institución que representa, con un daño en la confianza social imposible de mensurar”.
La crisis de Hornos se hace cada vez más profunda, aunque no tenga final a la vista. Sólo el resto de los jueces del tribunal, en un acuerdo general, pueden decidir relevarlo del cargo de presidente, en reguardo de la imagen del máximo tribunal penal del país. 

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