Por María Fernanda Chaves

Se trata de un informe que realizó la organización internacional sobre abuso de las fuerzas de seguridad durante el contexto de pandemia. Se registraron más de 30 casos de violencia y seis asesinatos.

El caso de Facundo Astudillo Castro fue el más resonante. El jóven tenía 22 años y fue visto por última vez el 30 de abril cuando era detenido por violar las medidas de aislamiento social. Su cadáver fue hallado el 15 de agosto, más de 100 días después, en un descampado. La causa está caratulada por desaparición forzada y la Policía Bonaerense está bajo investigación. 

Facundo no fue el único:

•  “El 15 de mayo, Luis Espinoza fue asesinado y desaparecido durante siete días por parte de funcionarios de la policía de la comisaría de Monteagudo, Provincia de Tucumán”, denuncia el informe. Luis también había desoído las medidas de aislamiento, y cuando intentó escapar a caballo de las fuerzas policiales, le dispararon por la espalda, perforándole un pulmón. Los policías lo trasladaron a una comisaría, “lo prepararon” e hicieron 120 kilómetros para arrojarlo a un barranco en la frontera con la provincia de Catamarca. 
• A Mauro Coronel, de 22 años, lo asesinaron el 1 de mayo en la comisaría décima de Santiago del Estero, luego de ser detenido por una denuncia de violencia de género.
• A Walter Ceferino Nadal lo mataron el 24 de junio tras ser detenido por la Policía de Tucumán, asfixiándolo con la rodilla en la nuca, cual George Floyd. 
• A Lucas Nahuel Verón, de 18 años, una patrulla policial del partido de La Matanza, Buenos Aires, le disparó sin motivo mientras volvía del kiosco con sus amigos a su casa en Villa Scaso,el 10 de julio_;  también murió. 
• El 17 de junio, Facundo Scalzo, de 20 años, recibió cuatro disparos, dos por la espalda y dos en el brazo, por miembros de la Gendarmería, en el barrio 1-11-14 en el Bajo Flores de la Ciudad de Buenos Aires. No permitieron que recibiera primeros auxilios

Según el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, la fuerza que ejerzan las fuerzas de seguridad debe ser excepcional y último recurso, respetando la vida, la integridad física, la diginidad y seguridad. Si bien Amnistía Internacional entiende los abusos de las fuerzas de seguridad como un problema estructural y remarca que las medidas de aislamiento han otorgado mayor poder a las mismas. 
El informe también denuncia la existencia de más de 30 casos de violencia institucional y uso excesivo de la fuerza. Hay dos casos que resaltan por su exceso y violencia. El 16 de junio se difundió un video donde se puede ver a la policía provincial de Chubut disparar balas de goma, sin motivo alguno, contra un grupo de personas que estaban en la vereda en el Barrio Inta en Trelew. 

La Organización de Naciones Unidas estableció cuatro principios básicos para el uso de la fuerza: legalidad, necesidad, proporcionalidad y rendición de cuentas.

Las redes sociales también ayudaron a difundir un caso de abuso extremo por parte de la policía provincial, cuando  en la madrugada del domingo 31 de mayo un grupo de policías de la provincia ingresó violentamente y sin orden de allanamiento a tres domicilios en el Barrio Banderas Argentinas, en la localidad de Fontana, Provincia de Chaco. Las cuatro personas detenidas, dos hombres y dos mujeres, denunciaron tortura y abuso sexual.
La Organización de Naciones Unidas estableció cuatro principios básicos para el uso de la fuerza: la legalidad, debe darse bajo una ley que la ampare; la necesidad, debe ser último recurso y necesaria; la proporcionalidad, la fuerza que se ejerce debe ser proporcional al mal que se intenta combatir; y la rendición de cuentas, debe existir un marco legal que pueda evaluar y condenar el abuso por parte de las fuerzas de seguridad. Si bien en muchos de los casos mencionados los oficiales fueron apartados, ninguno ha tenido resolución y justicia.