Argentina fabrica la vacuna Sputnik Vida
Por Alejandro Gómez
Hace tiempo flotaba la pregunta si Argentina era capaz, como país, de desarrollar vacunas con tecnología y científicos locales. El sistema de salud se encuentra bajo un enorme stress y la esperanza es la vacunación. La Argentina recibió 17 millones de dosis, de las cuales 12 millones fueron aplicadas, más de 15 millones distribuidas, y para abarcar un umbral más amplio de inoculaciones el gobierno de Alberto Fernández confía en que durante el mes de julio contará con 2 millones de dosis de la Sputnik V de producción local, la Sputnik Vida.
“Es jugar con fuego. Lamento que ese fuego va a quemar a los argentinos y las argentinas de esos lugares. En Alemania, cuando hay 150 personas contagiadas cada 100 mil habitantes, se suspenden las clases presenciales”, expresó Alberto Fernández.
Mientras la oposición insiste en que la Argentina perdió la oportunidad de contar con las vacunas del laboratorio Pfizer por solicitar “un retorno”, que la propia empresa lo haya desmentido categóricamente, las negociaciones aún no han terminado.
En tanto, el Centro de Medicina Comparada de la Universidad Nacional del Litoral y el CONICET, en colaboración con el Laboratorio Richmond, finalizan las pruebas regulatorias para la producción nacional de la vacuna Sputnik V del Centro Gamaleya. Hugo Pizzi, infectólogo y asesor presidencial, aseguró en diálogo con Radio Folclórica que “el rango de producción de la vacuna será de 1 a 5 millones de dosis por mes”.
Además de la puesta en marcha de la fabricación de la vacuna rusa, la misma Universidad, junto al Instituto Leloir, el cuerpo de científicos del CONICET y la compañía biotecnológica Vaxinz, se encuentran en pleno desarrollo una vacuna monodosis basada en vectores adenovirales híbridos, en busca de una protección de largo plazo.
Por otro lado, Alberto Fernández en una entrevista por Radio Splendid, se mostró intranquilo por la situación que vive parte del país que atraviesa la segunda ola del Covid 19. Se refirió al riesgo epidemiológico que representa el desconocimiento de las medidas restrictivas tomadas por el Ejecutivo, desconocidas por Mendoza, Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires, en torno al regreso a las clases presenciales: “Es jugar con fuego. Lamento que ese fuego va a quemar a los argentinos y las argentinas de esos lugares. En Alemania, cuando hay 150 personas contagiadas cada 100 mil habitantes, se suspenden las clases presenciales. En todos estos lugares de los que hablamos, la tasa es de 600 o 700 casos cada 100 mil habitantes: cuatro veces la tasa que marca Alemania para suspender las clases. Por eso nosotros recomendamos suspender las clases”.