Cartas de Lectores

Cartas de Lectores: Donar sangre en el marco de la pandemia

Hoy, 14 de junio se recuerda el Día Internacional del Donante de Sangre. Es para mí un momento de celebración y a su vez de renovación del compromiso que realizo hace más de 30 años, cuando elegí dentro de los distintas opciones solidarias: la de ser donante de sangre y sus hemoderivados.

Ser donante es a la vez una tarea compleja y sencilla. Sencilla porque el procedimiento de donar no lleva más de 15 minutos y se puede realizar con intervalos de tres meses en los hombres, y cuatro entre las mujeres. Compleja porque, indefectiblemente,  se deben cumplimentar los requisitos de estar comprendido entre 18 a 65 años, de pesar más de 50 kg, y otros requisitos relacionados a viajes, tatuajes y enfermedades que son la vara que hace admisible a un donante. Por ello, siempre recomiendo contactarse con el Banco o Posta de Sangre, solicitar turno y consultar los protocolos particulares de cada servicio.

El eslogan de que “donar salva vidas”, que en el ayer repetíamos como letanía, hoy está más que presente en el marco del pandemia del Covid-19, ya que los que estamos sanos colaboramos con este recurso para realizar intervenciones quirúrgicas de urgencia, transfusiones regulares y todo requerimiento impostergable. Pero hoy, en este 2020, quienes han padecido el  Covid-19 pueden donar plasma para ser utilizado para el tratamiento de tres o cuatro pacientes que lo padecen.

Ser donante habitual es un estilo de vida, es concurrir al servicio sin saber para quién va a estar destinada nuestra sangre, por tanto es absolutamente anónimo, voluntario y altruista. Somos pocos pero comprometidos  con la causa. Somos pocos porque por un lado, no todas las personas cumplen los requisitos esenciales para ser donantes, pero por otro,  falta el cambio necesario de mentalidad. 

Ese cambio consiste en ser donante para alguien conocido que lo necesite o simplemente por la donación misma: donar voluntariamente, y de esa forma los Bancos de Sangre posean ese recurso seguro en cantidad y variedad suficientes.

La pandemia ha producido una disminución sustancial de los donantes a límites complejos, lo cual llevó a los Bancos de Sangre a organizar campañas externas para subsanar el faltante.
En mi caso, siento la emoción de ser donante y promotor de campañas en el Banco de Sangre del Hospital Garrahan, el cual nos brinda la contención y el cuidado profesional insoslayable. Y he vivido en el sinnúmero de donaciones hechas,  hermosos agradecimientos, como aquel en que en un evento de promoción  un papá de un joven recuperado de leucemia se acercó para a expresarnos su agradecimiento y expresar que quienes colaboraron con su donación somos eternos. Nos sorprendió contando que su hijo se había salvado, que quizás iba a tener hijos, y que esa sangre que le habíamos dado estará por generaciones y generaciones dando vida. Ese día comprendimos que nuestra misión de vida, y por ello lo hacemos mucho más en medio de la pandemia; se es donante de sangre toda la vida.

Invito a quien lee esto a sumarse a este mundo solidario, a poner el brazo y a ser héroe, porque ser héroe se lleva en la sangre. Convertite en donante.

Roberto Peláez

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