Panorama Político: L@s Fernández, l@s Kirchner
Si con la presentación de un libro o con una visita a una reunión política de 50 minutos, -en la sede del PJ-, Cristina gana la centralidad en el escenario nacional por dos semanas, imaginémonos con el anuncio de la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner.
Cristina considera que para ganar la elección es necesario un frente político amplio, y uno más grande aún para poder gobernar.
La primera pregunta que surge es porqué; porqué así y no al revés, o con alguna otra fórmula. Nuevamente Cristina sorprendió a todas y todos, a los puros, a los propios, a los alejados y a quienes la odian. Una primera respuesta podría ser, quién puede saberlo, que no quiere ser Presidenta, que está cansada, que prioriza (con razón), la salud y la seguridad de su familia. Puede ser, es una posibilidad, una sentimiento y pensamiento muy personales. Más allá que ésta sea o no la razón, lo real es que Cristina volteó con una sola bola, varios bolos. Primero: desarticula una de las resistencias más fuertes: según Alberto, cuando le explicó su decisión, argumentó: “El país no necesita a alguien como yo que divido, sino a alguien como vos que suma”. Segundo: Cristina considera que para ganar la elección es necesario un frente político amplio, y uno más grande aún para poder gobernar: “Es necesario un contrato social de todos los argentinos y argentinas con metas verificables, cuantificables, exigibles (…) un contrato social de ciudadanía responsable”, había dicho en la Feria del Libro y repitió a principios de semana en la sede del PJ, ante toda la dirigencia. Con un candidato como Alberto Fernández, de buen diálogo con todos los sectores del Justicialismo, fortalece la posibilidad de acuerdos más amplios de cara a las elecciones y, fundamentalmente, para ganar gobernabilidad después. Recordemos que Cristina sufrió en 2008 un lock out económico a pocos meses de haber sido elegida Presidenta. Imaginemos entonces cómo sería un hipotético nuevo gobierno suyo luego de tanto desgaste. Tercero, y central: desarticuló una, no la única, herramienta regional muy importante para evitar triunfos de gobiernos populares en América Latina. EE.UU. y los grandes grupos económicos trasnacionales son los articuladores de una estrategia regional de dominación para Latinoamérica, condicionando fuertemente a los gobierno,s o directamente evitando que ciertos candidatos sean elegidos o que los presidentes terminen sus mandatos. Luego están los aliados locales, quienes son ejecutores de aquellas políticas. Así sucedió en Honduras (golpe de Estado), Ecuador (Rafael Correa no puede volver a su país), Brasil (golpe institucional a Dilma Rousseff y proscripción a Lula Da Silva), Bolivia (distintos intentos de destitución de Evo Morales), Venezuela (intento de golpe de Estado), sólo algunos casos. Golpes blandos o suaves, como reconoce el gobierno de EEUU en sus documentos desclasificados: golpes institucionales, encarcelamientos, proscripciones, noticias falsas, trampas electorales. Desde el golpe que derrocó a Salvador Allende en Chile en 1973, tras un lock out económico, no es sorpresa, no es nuevo, aunque muchos lo nieguen. Por más que la quieran proscribir o encarcelar, el candidato ya está instalado, y no encontrará al campo popular desarticulado como sucedió en Brasil tras la prisión y proscripción de Lula.
Las primeras reacciones causaron el efecto esperado: el PJ y los gobernadores, quienes eran los principales apoyos que faltaban, saludaron la decisión. Ellos son el actor político más importante que falta para lograr la ansiada unidad: Domingo Peppo (Chaco), Juan Manzur (Tucumán) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Casas (La Rioja), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Gildo Insfrán (Formosa), Maurice Closs (Misiones), Sergio Uñac (San Juan) y quien será el nuevo gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto se sumaron a dos gobernadoras que ya habían acompañado a Cristina el martes, Roxana Bertone (Tierra del Fuego) y Lucía Corpacci (Catamarca). Hasta hubo comunicación con Juan Schiaretti (Córdoba). De igual manera los intendentes de la Pcia. de Buenos Aires que, “casualmente”, se habían fotografiado con el candidato un día antes. Otros precandidatos, como Agustín Rossi y Felipe Solá, resignaron sus candidaturas. Daniel Scioli no, quiere ir a las PASO: por menos puntos que consiga, sumarán. Ni el CGT Héctor Daer se quiso quedar afuera y mandó su twitter de apoyo.
Cuanto más gobernadores se sumen al PJ, más difícil le resultará a Massa ir “por afuera” .
Por su parte, Sergio Massa se encuentra ante un gran desafío: le será difícil no “acordar” con el Peronismo para, al menos, ir a una interna. De lo contrario corre un gran riesgo de que su candidatura pierda peso; ahí estarán su compañero de tantos años, Alberto, y otro de los mejores cuadros que supo acompañarlo, Daniel Arroyo. Cuanto más gobernadores se sumen al PJ, más difícil le resultará ir “por afuera”. Sus primeras declaraciones dicen bastante: “Tengo respeto por Alberto Fernández”. La otra opción es que apueste a ser segundo desplazando a Cambiemos del ballotage, “robándole” votos con socialistas y algunos aliados radicales. Algo similar a lo que, parece, intenta Lavagna. Este espacio aparece hoy muy reducido.
El Gobierno pasó del enojo al estupor: “si van a unas PASO con todo el Peronismo, nos liquidan”.
El Gobierno Nacional tampoco se la esperaba. Deberá recalcular, como todos. Maurcio Macri tendrá que resistir, ahora con más esfuerzo, la idea de sus aliados de Cambiemos para que baje su candidatura y armar, a partir de ahí, una fórmula más competitiva, el Plan V(idal). Ya no sólo se lo piden en off, ni son interlocutores de segunda línea: el presidente del Radicalismo y gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, fue claro: “No hay que descartar la chance de que Macri no sea candidato. Hay que ampliar Cambiemos” es, en realidad, hay que correr al Presidente. De lo contrario le puede suceder algo similar a lo que pasó el domingo pasado en Córdoba: un triunfo tan aplastante del PJ de Juan Schiaretti, como una derrota tan fuerte de los dos candidatos de Cambiemos. Los aliados estuvieron toda la semana insultándose, literalmente, por los medios: “Sabía que eras pícaro, pero no tan hijo de puta”, de Elisa Carrió al diputado Nicolás Massot, quien le respondió: “Sos una irresponsable, estás destruyendo todo, sos la responsable del desastre de Córdoba”. En esa línea estuvieron el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el Jefe de Gabinete Marcos Peña, y siguen las firmas del Gobierno del diálogo, el consenso y la revolución de la alegría. En Cambiemos pasaron de la pelea al estupor: como reveló La Política On Line, en la alianza piensan que, si los opositores “van a unas PASO con todo el Peronismo, nos liquidan”.
Hoy, en La Pampa, sumará la novena derrota para Cambiemos: el gobernador electo será Sergio Ziliotto (PJ).
Más elecciones provinciales, más derrotas del Gobierno Nacional. Con Córdoba son 0 triunfos sobre 8 votaciones. Hoy, en La Pampa, sumará la novena derrota: el gobernador electo será Sergio Ziliotto del PJ. En los próximos días también se sentirá en la calle el paro nacional de la CGT. Ya sea por la demora en los cobros de la plata de las obras sociales, o porque sus dirigentes no quieren quedar tan dibujados de cara al armando del PJ para las elecciones, lo cierto es que paran el 29 de mayo. No movilizan, claro, sería demasiado pedirles. Pero seguramente sí lo harán el Movimiento Sindical por un Modelo Nacional de Hugo y Pablo Moyano, y las dos CTAs.
Hoy, en La Pampa, sumará la novena derrota para Cambiemos.
Si bien Cristina aclaró que “no se trata de volver al pasado, ni repetir lo que hicimos del 2003 al 2015”, lo cierto es que la búsqueda del armando de unidad del PJ, con el movimiento sindical, otros partidos y movimientos populares, se asemeja más al Gobierno de Néstor Kirchner y al primero de Cristina, que al segundo. Aquellos años de l@s Kirchner, son l@s Fernández.