La violencia política en los EEUU de Donald Trump
Estados Unidos tiene una robusta historia de violencia política, que podemos remontar a la represión durante los años de la lucha de los negros por los derechos civiles dentro del pasado reciente. Desde que Donald Trump llegó al Gobierno en 2017, la violencia política ha ido en aumento. El lenguaje de odio, el sentimiento homofóbico, racista y sexista generó un clima en donde la violencia verbal o física al que piensa distinto está, de algún modo, “permitida”.
Durante la primera presidencia de Trump hubo un crecimiento visible de grupos de milicias, algunos armados, entre los que se encuentran los Proud Boys, Outh Keepers, Three percenters, el movimiento Boogaloo, entre otros. Estos grupos fueron los que violentaron el edificio del Congreso luego de que Trump perdiera las elecciones en 2021, con la intención de detener el proceso de certificación de las elecciones que era el paso final para consagrar a Joe Biden como Presidente de los Estados Unidos.


Cientos de personas que participaron en estos hechos fueron condenadas por diferentes delitos a penas de prisión. Sin embargo, al comenzar su segunda presidencia, Trump indultó a todas, sin importar la gravedad de los delitos cometidos.
Uno de los episodios que abrió esta etapa de violencia política podría ubicarse a partir de abril de 2020, cuando un grupo armado llamado Wolverine Watchmen ingresó al Congreso de Michigan con el objetivo de secuestrar a la gobernadora, Gretchen Whitmer. Posteriormente, los milicianos fueron declarados culpables de conspiración para secuestrar a la gobernadora y fueron condenados a entre 3 y 20 años de cárcel.
Otro caso similiar fue el intento de asesinato al esposo de la veterana congresista y líder de la mayoría Demócrata en el Congreso Nacional, Nancy Pelosi. El individuo ingresó a su domicilio en donde se encontraba su esposo Paul Pelosi buscando a Nancy, quien estaba de viaje. El sujeto ingresó a la casa y se dirigió a la habitación donde Paul Pelosi se encontraba y, con un martillo en la mano, preguntó al hombre “¿dónde está Nancy?”, pegándole repetidas veces en la cabeza, produciéndole a Paul fractura de cráneo.


Más recientemente, en junio de este año, un hombre armado y vestido de policía asesinó a la congresista Demócrata de Minnesota Melissa Hortman y a su esposo, para luego ir a la casa de otro senador del mismo Estado e intentar asesinar al senador John Hoffman y su esposa, aunque “solo” fueron heridos de bala. El hombre tenía en su auto una lista con docenas de nombres de posibles víctimas, entre las que se encontraba el Gobernador de Minnesota, y ex candidato a Vicepresidente de Kamala Harris, Tim Walz, otros políticos Demócratas, clínicas de abortos y activistas pro-aborto.
El primer asesinato político contra un conservador ocurrió el 10 de septiembre pasado, cuando Charlie Kirk, líder del grupo ultra conservador Turning Point, recibió un balazo en el cuello mientras comenzaba a dar una charla en el campus universitario de Utah Valley.
Turning Point es una organización sin fines de lucro dedicada a la promoción de ideologías conservadoras en escuelas secundarias y campus universitarios. En su sitio web, explica que los “programas estudiantiles existen para educar a la gente joven sobre la importancia de un gobierno pequeño, el libre mercado y las libertades individuales”.
Lo cierto es que despues de su asesinato, el Gobierno de Trump hizo una ceremonia en la Casa Blanca en su honor y le entregaron a su viuda la medalla presidencial de la libertad. Kirk fue catapultado por los Republicanos y algunos Demócratas como emblema de la libertad de expresión.
Sin emnbargo, Charlie Kirk utilizaba un lenguaje que promovía la violencia y la división, era defensor de los roles tradicionales de las mujeres y de los valores religiosos; estaba a favor de la prohibicion del aborto, y en contra del control de armas; a favor de la limitacion de la inmigracion y de la deportación de personas; y promovia la teoria conspirativa del Gran reemplazo, que sugiere que los inmigrantes son incorporados para cambiar el panorama político de los Estados Unidos.
Además, Kirk era transfóbico. Y es por ello que parece que quien lo asesinó, lo hizo cansado de escuchar sus declaraciones en contra de las personas LGTB. Su pareja era una mujer transgénero.


Otro caso que no terminó en una fatalidad, pero que se podría indicar que es la primera persona exiliada de los Estados Unidos, es el caso de Mark Bray. Bray, es profesor de historia de la Universidad de Rutgers en New Jersey y se ha dedicado a investigar a grupos antifascistas. Entre sus libros se encuentran: “Antifa. Un manual de los anti-fascistas” y “La Inquisición Anarquista: Asesinos, activistas y mártires en España y Francia (1891-1909)”.
Luego que la semana pasada Trump firmara la orden ejecutiva en donde declaraba que Antifa sería considerado un grupo terrorista. Bray hizo declaraciones explicando que es una decisión disparatada, ya que Antifa no es una organización con jerarquía, liderazgo ni presupuesto, sino una aglomeración de personas de izquierda que se oponen al fascismo. El profesor dice que a Trump le da igual si es una organizacion o no, lo que le importa es crear un término que sirva a sus propósitos para equiparar disidencia con terrorismo.
El profesor Bray fue escrachado en las redes sociales por grupos de ultraderecha llamándolo “profesor Antifa”, diciendo que es un terrorista doméstico. Además, Turning Point lo agregó a su “watchlist” de profesores, un listado de educadores que este grupo considera izquierdistas. Finalmente, en las últimas semanas, hubo una escalada de amenazas de muerte que hicieron que el profesor Bray y su familia decidieran escapar a España.
El profesor Bray le echa la culpa de este hecho a la administración Trump, diciendo que “el liderazgo de Turning Point a nivel nacional está en contacto con figuras cercanas a la Casa Blanca de Trump…Esto no significa que Donald Trump haya dicho “ahora vamos a hacerle la vida difícil a Mark Bray”. Pero creo que -es necesario verlo como consecuencia de la atmósfera de propaganda creada por la ultraderecha [que incluye a figuras como Kirk- y la Casa Blanca de Trump”. Explica que hay un esfuerzo organizado por Trump y sus aliados para tomar ventaja de la muerte de Kirk para sus propios propósitos.
Esta tendencia de cancelar, escrachar y amenazar se ha acentuado durante los acampes universitarios y las protestas a favor del cese del fuego en Gaza. Estudiantes y profesores a favor de la liberación de Palestina fueron expulsados de universidades, cancelaron las visas de estudios de los estudiantes internacionales y sus nombres y direcciones fueron publicadas en las redes sociales.
En la academia se vive un clima de inestabilidad, donde estudiantes y profesores miden sus palabras y sus actividades políticas. La libertad académica y la libertad de expresión se deterioró rápidamente, lo que impacta en la calidad de las universidades. Además, el Gobierno retiene dineros federales destinada a la investigacion e impone talleres obligatorios sobre antisemitismo.