Miles de personas se movilizaron frente al Congreso en una jornada histórica que unió a jubilados, colectivos feministas y trabajadores de la salud. Entre los reclamos se destacaron el conflicto en el Hospital Garrahan, la emergencia en discapacidad, la conmemoración de los 10 años del colectivo Ni Una Menos, el tratamiento de la Moratoria Previsional, el pedido de aumento de jubilaciones, el bono suplementario y la reposición de la moratoria previsional.

Casualidad o causalidad, en ese mismo momento había una sesión especial en Diputados de la oposición de Unión por la Patria: todo lo reclamado por la movilización obtuvo media sanción y ahora pasa a Senadores. Más allá de que el Gobierno ya anticipó que vetará el aumento a jubilados, en ese caso deberá pagar un gran costo político. La gente en la calle mantiene su efecto político. De hecho, no hubo represión, porque a Javier Milei y Patricia Bullruch no les convenía.

Asimismo, se recordó la décima aniversario del colectivo Ni Una Menos, que desde hace una década impulsa la lucha contra la violencia de género en todo el país.

La protesta mostró la fuerza de la unidad entre distintos sectores sociales, que mantienen viva la voz y la lucha en las calles frente a un contexto político marcado por el ajuste y la vulneración de derechos.

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