Actualidad política

Panorama Político. El oficialismo a la defensiva; la oposición con ataques de fogueo

De espías y asesinatos: Fabián Gutiérrez y la causa de espionaje ilegal. Interna de Juntos por el Cambio. El Gobierno: cuarentena y economía estrictas. Logros y deudas.

La nueva semana de cuarentena fue “estricta” en el sentido mediático: la agenda política fue mayoritariamente marcada por la oposición. El Gobierno Nacional logró, sí, implementar el tipo de aislamiento social que consideraba oportuno en el AMBA para ralentizar la evidente curva de crecimiento de contagios de Coronavirus. Pero fuera de ello, varias de las medidas que ensayó en los últimos días no prosperaron, fracasaron o le significaron más costos políticos que beneficios. La oposición no se circunscribe a Juntos por el Cambio, que internamente tiene su disputa de liderazgo en pleno desarrollo, sino a los factores de poder económico, mediático y judicial que conformaron la alianza con los políticos-CEOs que gobernaron al país hasta diciembre.

De espías y asesinatos

La conducción formal de Juntos por el Cambio emitió un comunicado totalmente carente del más mínimo rigor jurídico: “El secuestro, -la- desaparición y –el- asesinato de Fabián Gutiérrez es un crimen de extrema gravedad institucional”. “Es miserable sólo insinuar que la muerte de Gutiérrez tuvo que ver con los cuadernos o el Gobierno”, respondió el Presidente, en un lenguaje más elevado del que suele usar Alberto Fernández. Miserable, canallesco, todo adjetivo le va bien, y al mismo tiempo le queda chico.
¿Pero qué se juega realmente detrás del comunicado firmado solamente por Patricia Bullrich y el dirigente santafesino Federico Angelini, por el PRO; por Alfredo Cornejo, por la UCR; y Maximiliano Ferraro, por la Coalición Cívica? ¿Son verdaderamente más trascendentes políticamente Angelini que Horacio Rodríguez Larreta, o Ferraro que María Eugenia Vidal? “No me representa la idea de que el Kirchnerismo mandó a matar a Fabián Gutiérrez”, definió el actual director del Banco Ciudad y ex jefe de bloque de diputados de Cambiemos, Nicolás Massot. Interesante: “no me representa…”. Eso es lo que se juega de fondo: la representación política del espacio. No es casual que los firmantes estén vinculados a la línea que está sindicada por ejercer espionaje ilegal durante el Macrismo, y queden enfrentados a quienes supuestamente sólo son víctimas de esas persecuciones: Larreta, Vidal, Massot, Emilio Monzó, Diego Santilli, entre otros. En este caso puntual de espionaje están del lado de los espiados, pero formaron parte de un andamiaje que, por ejemplo en la provincia de Buenos Aires, también fue sindicado por espiar opositores, como es el caso de Alex Campbell, ex secretario de Asuntos Municipales de la ex gobernadora Vidal. Cuando el ex presidente Mauricio Macri llegó a la presidencia procesado en segunda instancia por escuchas ilegales, su Jefe de Gabinete era Larreta.
La información con la que cuentan los espiados por haberse constituido como querellantes en la causa de espionaje, es una carta muy fuerte para jugarla en la interna de Juntos por el Cambio. La respuesta a través de comunicados de la conducción formal del espacio es para marcarles la cancha a quienes no son formalmente las máximas autoridades partidarias. Frente a los firmantes y a Macri, Larreta se posiciona como el principal referente del espacio y busca ser “el candidato” de la derecha. Hoy reúne tras de sí a otros referentes importantes de la oposición, como intendentes y a la propia Vidal. Sentarse al lado del Presidente y del gobernador Axel Kicillof lo presenta como responsable gestionando la pandemia; le suma.


Desde el otro lado de Cambiemos, no atinan a construir un discurso político que vaya más allá de su núcleo duro. Siguen con el obsoleto hashtag “Todos somos -Alberto- Nisman”, ahora devenido en “Todos somos Gutiérrez”. Pero como construcción política que aglutine al centro, no les sirve. Hoy no conducen la oposición y están muy complicados por la causa de espionaje ilegal. Intentan traer la causa a lo que es sienten su bastión natural, Comodoro Py; hasta aquí no pudieron. Festejaron exageradamente el desplazamiento del juez Federico Villena. Lo cierto es que pasó al otro juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo Augé. Una alta fuente de la justicia federal le explicó en off a Agenda Sur que con su “designación, se enderezó lo torcido. Auge tiene competencia civil, seguramente delegará en la fiscal Cecilia Incardona, quien es muy buena, la investigación”. Eso es lo que efectivamente ocurrió: ella y su par, Santiago Eyherabide, pidieron la indagatoria del ex titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas (“señor 5”), y de la ex número dos del organismo, Silvia Majdalani, (“señora 8”). Recuerda la serie del “Superagente 86”, pero la causa es muchísimo más grave e inclusive más bizarra. Dejaron más huellas que el torpe agente 13 de la serie que se escondía en los lugares más insólitos para no ser descubierto. Ahora están –casi- todos y todas imputados. No sería extraño que antes de fin de mes se solicite el impedimento de salida del país de Mauricio Macri, para evitar que con la excusa de su puesto en la FIFA viaje a Suiza, país con el que no hay acuerdo de extradición. Macri tiene varias causas en la que está comprometido: escuchas ilegales, la transferencia de acciones a los hijos, el correo argentino y el bono a 100 años, que son parte de las siete causas principales que hoy lo complican.

Cuarentena y economía estrictas

El Gobierno Nacional no logró, hasta aquí, la estatización de Vicentin, una empresa agroexportadora que insólitamente dio “pérdidas” con una política diagramada para beneficiarla, con créditos irregulares con el banco Nación por $18 mil 500 millones y con sus dueños con graves denuncias por vaciamiento y fuga de dólares. El Gobierno espera que, como el Banco Nación va a recusar al juez Fabián Lorenzini, quien suma 17 meses como juez, pero fue durante 20 años empleado del Banco en la sucursal Reconquista, incluida la etapa del otorgamiento de los créditos, la causa pase al juez federal Julián Ercolini. La solución para la separación de los dueños de la conducción de la empresa, pasaría no por la causa concursal, sino por la penal. Pero hasta aquí, el Gobierno sólo pagó costos políticos.
Tampoco avanzó con el impuesto a la riqueza que afecta solamente a 10 mil personas, que tienen un patrimonio superior a los $ 200 millones cada uno y pagarán por ello hasta $2 millones en concepto de impuesto por única vez. La especulación es la recaudación de unos U$S 3.000 millones para beneficiar a casi 45 millones. La neoliberal Chile de Sebastián Piñera, pudo, en Argentina aún no. Desde el Gobierno insisten en que se votará, esperemos, aunque además hará falta una reforma tributaria de fondo, progresista.
Lo mismo sucede con la reforma del Poder Judicial; llegó el turno de socavar los sótanos de la democracia. De lo contrario, los sótanos de la Justicia pueden socavar la democracia…
La falsa dicotomía cuarentena-economía es evidente: todos los países sufren caídas de alrededor del ocho al diez por ciento de sus respectivos PBIs. El problema no es la cuarentena, sino la pandemia. Pero estos temas económicos no son seguidos por el grueso de la gente, -no tiene porqué hacerlo, ya bastante tiene con “su economía”-. Y el hambre y la crisis son más tangibles que las comparaciones de los PBIs. La deuda de las familias afectó a 11.9 millones de hogares, el 86.5% del total de los hogares del país. En términos generales, en junio crecieron sus deudas en un 4.6%. Las no bancarias crecieron un 16.1%, lo que implica que 8.6 de cada 10 familias están endeudadas. Cayeron las deudas con las tarjetas de crédito dentro de los gastos familiares un 2%, pero las “no bancarias” aumentaron en más del 16% Los pagos de impuestos cayeron el 24% y los servicios el 15.5%. Si la deuda de las familias no es mayor, es que se “financiaron” no pagando los impuestos y servicios. Se estima que, a la salida de la pandemia, el presupuesto de los hogares argentinos destinará el 61.8% de los ingresos para el pago de sus deudas. Así como el Gobierno estuvo a la ofensiva en el plano sanitario, volcando todos los recursos del Estado para evitar un colapso del sistema y decenas de miles de muertos como sucedió en otros países, ahora deberá avanzar también en el plano económico.
Pasaron los 100 días de gracia que tienen los gobiernos cuando asumen. Se extendió un poquito, pero fue todo absorbido por la pandemia del Covid-19. Cuando está en su punto más crítico, es necesario avanzar. Es muy difícil, pero es lo que tocó. Mientras la gente tiene que “quedarseencasa”, al Gobierno le toca salir al territorio.